Es una novela rural argentina de Ricardo Guiraldes que, a diferencia del “Martín Fierro”, no reivindica socialmente al gaucho, sino que lo evoca como personaje legendario. Afirma que, por mantener sus costumbres, sus principios, resulta superior a la filosofía de los valores y juicios valorativos de la clase alta o burguesa. Por qué representa la más destacada tentativa de su autor en el propósito de renovación de la literatura gauchesca y al mismo tiempo, es una de las más prominentes muestras de la novela nacional del siglo pasado.
por Paula Fortín
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