“Siete de cada diez dirigentes políticos argentinos son unos irresponsables”
Lo dice el exgobernador de una provincia grande, que hoy es diputado nacional y preside el partido más tradicional del país.
Ayer estuve hablando un rato largo con Alfredo Cornejo, que fue gobernador de Mendoza hasta 2019 y hoy es diputado nacional y preside la Unión Cívica Radical. Cornejo quiere ser presidente. Se nota que le encantaría componer una fórmula con el porteño Martín Lousteau. Pero para eso, antes que nada, debe sacar a los radicales del extremado complejo de inferioridad que los afecta. No corre con ventaja: es difícil ser autocrítico sobre la permisividad y el seguidismo de la cúpula partidaria durante el mal gobierno de Mauricio Macri cuando se lo cuestiona recién ahora, mientras se sigue permaneciendo en el mismo barco a la espera de que una interna muy áspera le permita ser el elegido para 2023.
Cornejo trata de ser lo más outsider que le dan el cuero y la historia partidaria, y exhibe su empatía con los movimientos seudo secesionistas que encarnan productores de su provincia y de Córdoba, un poco por esquilmados a impuesto limpio y otro poco por antiperonistas. Sugiere que las provincias, por ejemplo, deberían ir por su cuenta al mundo en busca de vacunas contra el Covid-19, acaso sin evaluar que si ya es bastante duro competir con países de todos los tamaños, eso sólo sumaría más complicaciones al atomizar fuerzas de negociación.
Traté de explorar si se había liberado de esa cierta compostura que exige tener un alto cargo de gobierno y le marqué la diferencia de actitud entre los gobernadores e intendentes de la oposición, que se vienen moviendo con mucha prudencia, y los legisladores o dirigentes sueltos que se dedican a tirar nafta al fuego todo el tiempo. Me sorprendió al sostener que, según su experiencia, “7 de cada 10 políticos argentinos son unos irresponsables” y, por lo tanto, “no computan nada para el desarrollo del país”. Aclaró que su conclusión incluye a los de su propio palo.
Pienso que, tal vez, Cornejo no lo dice tan en serio y que, como tantos otros políticos, mira muchas encuestas y está percibiendo hasta qué punto una creciente mayoría viene rechazando cada vez con más fuerza a las dirigencias de todo tipo y a las representaciones en general. Ese es el mar donde pescan los opositores hoy por hoy despreocupados de la gobernabilidad (un mar donde también tiran la caña ciertos oficialistas, tipo Sergio Berni o el ahora más extremista que nunca Guillermo Moreno).
Las mismas encuestas le señalan, según él mismo lo dice, que Macri seguirá siendo castigado por los dislates de su presidencia y eso, confía Cornejo, es lo que le da chances de llegar. Tiene dos años, casi tres, para edificarse algún carisma.
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