Thursday 25 de April de 2024
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Paren el mundo, quiero bajarme ya

PODCASTS | Por Paula Cabalén | 26 de May 19:56

La paz comienza en nosotros, no podemos traer al mundo aquello que no tenemos para ofrecer. 

A menudo, cuanto más vemos las noticias, o leemos en las redes sociales las páginas de medios de comunicación y luego salís a la calle, a llevar a los niños al colegio o bien caminar, podemos ver el mundo en un estado de aparente caos o desorden. 

Llegamos al trabajo, y ese estado de confusión, caos de información, tareas que se acumulan no cesa, y la ansiedad comienza a suceder, o los dolores comienzan a aparecer. 

El desafío es transformar la situación de confusión en paz, pero a menudo nos decepcionan nuestros mejores intentos de hacerlo. Con diálogos como, no puedo levantarme antes para hacer ejercicio o meditar, no sé como pausar, no tengo tiempo para dedicarme.

Algo que es necesario saber es que esa paz, no vendrá a nuestro mundo si antes no la tenemos internamente. No podemos traer al mundo lo que no tenemos para ofrecer. La paz comienza en nuestras propias mentes y corazones, no fuera de nosotros mismos, y hasta que sus raíces estén firmemente arraigadas en nosotros mismos, no podremos manifestarla externamente. 

Una vez que aprendemos a generarla internamente, podremos transmitirla a nuestra familia y/o seres queridos, comunidad y el mundo entero. Es posible que algunos de nosotros ya lo estemos haciendo, pero para la mayoría de nosotros, el primer paso es mirar hacia adentro y evaluar honestamente el estado de nuestra propia relación con la paz.

Las personas que manifiestan paz, esas que al hablar te dicen la palabra justa, la que necesitas escuchar, la que te mueve a actuar, o a pausar, las que te dan tranquilidad, no son diferentes a nosotros; tienen pensamientos negativos, diálogos internos que acallar y emociones turbulentas como todos nosotros. La diferencia es que no les prestan su energía, por lo que esos pensamientos y sentimientos pueden simplemente subir y bajar como las olas del océano sin perturbar las aguas más profundas de la paz interior. 

Todos tenemos la capacidad de elegir cómo distribuimos nuestra energía, y la práctica nos permite volvernos cada vez más serenos a medida que elegimos la vibración de la paz sobre la vibración del conflicto. 

Cuando aprendemos a tomar consciencia de eso, comenzamos a ver nuestros pensamientos y sentimientos como pequeños objetos en la superficie de nuestro ser que no representan una amenaza para la profunda quietud interior que es la fuente de la paz.

Al descubrir que somos capaces de ubicarnos cada vez más en las aguas más profundas y menos en la tumultuosa superficie de nuestro ser, hemos descubierto una relación duradera con la paz que nos permitirá inspirar paz más allá de nosotros mismos. Hasta entonces, ayudamos más al mundo practicando el arte de elegir la paz interior.

Para saber cómo hacerlo, me ha funcionado hacer retos de 21 días, de esa forma ayudo a mi cerebro a través de la repetición a acostumbrarse. Al principio se resiste, y luego va cediendo a lo que le hace bien.

Hoy te comparto un reto que hice este año, de 22 días de gratitud. Cada día requiere de 5 minutos de escuchar un audio con una música, cerrar los ojos y agradecer, algo diferente cada día. ¿Te animás a probarlo? Aquí va de regalo. 

 

por Paula Cabalén

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