Su madre era irlandesa y su padre hijo de un inmigrante escocés. Su infancia la pasó en los campos que la familia tenía en la provincia de Entre Ríos y en Uruguay. Cursó los estudios primarios en varios colegios porteños de origen inglés, pero al finalizarlos tuvo que volver a la estancia familiar a causa de la muerte de su padre y para ayudar a su madre con el cuidado de sus cinco hermanos menores.
Grierson fue institutriz en la casa de una familia de buena posición económica y, con sólo 14 años, ejerció la docencia en zonas rurales sin tener el título habilitante. Al poco tiempo, empezó sus estudios de magisterio recibiendose en 1878. Con el sueldo ganado siendo maestra en una escuela de San Cristóbal pudo trasladar a su familia a la ciudad de Buenos Aires.
Luego del fallecimiento de una amiga a raíz de una enfermedad respiratoria crónica, decidió dedicarse a la medicina a pesar de que, por aquel entonces, estaba reservada sólo para varones. Ya que no había ningún reglamento que prohibiera expresamente el ingreso de mujeres a la carrera, Cecilia Grierson decidió inscribirse en la Facultad de Ciencias Médicas.
Pese a las descalificaciones de profesores y compañeros de estudio, seis años más tarde, el 2 de julio de 1889, se tituló en la Universidad de Buenos Aires, convirtiéndose en la primera médica mujer de Argentina y Latinoamérica.
Durante el transcurso de la carrera, fue Ayudante del Laboratorio de Histología, al tiempo que realizó la práctica hospitalaria en la Asistencia Pública. Incluso antes de recibirse, en 1886, Grierson fundó la Escuela de Enfermeras del Círculo Médico Argentino y la dirigió hasta 1913.
Apenas recibida, se incorporó al Hospital San Roque – actual Ramos Mejía- dedicándose a la Ginecología y Obstetricia. En 1891, fue uno de los miembros fundadores de la Asociación Médica Argentina y, al año siguiente, ayudó a realizar la primera cesárea que tuvo lugar en Argentina.
En 1894, Cecilia Grierson se presentó en el concurso para cubrir el cargo de profesor sustituto de la Cátedra de Obstetricia, pero fue declarado desierto porque todavía no se aceptaba que las mujeres aspiren a la docencia universitaria. Ese obstáculo no le impidió fundar la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, ni publicar un libro pionero sobre técnicas kinesiológicas o brindar cursos sobre su especialidad en la Facultad de Medicina.
En 1899, Grierson viajó a Londres para desempeñarse como vicepresidenta del Congreso Internacional de Mujeres. Al año siguiente, fundó el Consejo Nacional de Mujeres y la Asociación Obstétrica Nacional; y diez años después, presidió el Congreso Argentino de Mujeres Universitarias.
Los últimos años de su vida los vivió en la pobreza, sin embargo, poco antes de morir, donó al Estado su propiedad en Los Cocos, Córdoba, para construir allí una escuela, que hoy lleva su nombre.
Guión de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín.
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