Buenos días, y en el día de ayer recibimos las proyecciones macroeconómicas realizadas por los economistas de la fundación FIEL de cara al año 2021 y 2022. Tal como hemos comentado en columnas anteriores, las proyecciones de crecimiento del PBI para este año en curso giran en torno al 5,8%, fundamentalmente por un efecto de rebote estadístico en comparación a la caída del año 2020. Sin embargo, para el año 2022, se prevé un crecimiento solo del 1,9%. Hay otros analistas incluso que se atreven a solo proyectar una tasa del 1,0%.
Con respecto al desempleo, pronostican una tasa de desempleo del 11,5% tanto para el año 2021 como para el año 2022, prácticamente misma tasa con la que finalizamos el año 2020. Recordemos que la tasa de desempleo se calcula sobre la población económicamente activa, es decir, deja afuera de su cálculo a una gran porción de la población que la considera inactiva. Sabemos que si incorporáramos a ese número al cálculo, claramente la tasa de desempleo sería mucho mayor. Para total país, para el cuarto trimestre del 2021, se prevé un crecimiento del 2,2% de empleados, ascendiendo a 20.832.000, y para el cuarto trimestre del 2022 las personas empleadas serían 21.353.000, es decir, un crecimiento interanual del 2,5%.
Para comentar también seleccionamos las proyecciones en torno a la inflación y al tipo de cambio, tanto oficial como paralelo. Por el lado de la variación de los precios, proyectan una inflación del 48,6% para diciembre del 2021, y del 49,8% para el 2022. Si bien ambos valores se ubican por debajo del 50,0% anual, le respiran cerquita, por lo que habríamos pasado 4 años consecutivos con inflación anual en torno al 50,0%. En un país con estas tasas de inflación anual, los negocios de largo plazo se vuelven totalmente inviables.
Por el lado de las cotizaciones del dólar, el oficial se ubicaría en $111,3 para fin de este año y en $157,2 para fin del año que viene, mientras que el informal rondaría los $190 para fin de año y $250 para el 2022. De todas formas, sabemos que hay muchos pesos líquidos en el sistema financiero y si se le sigue sumando una gran emisión monetaria sin respaldo para hacer frente al déficit fiscal, creemos que podríamos llegar a ese valor antes que fin de año.
Algunas proyecciones pueden ser un tanto optimistas, otras quizás se quedan cortas por precauciones. De todas formas, son pronósticos muy sensibles al avance de la pandemia en nuestro país, a la necesidad o no de mayores restricciones, y al nivel de déficit fiscal y necesidad de financiamiento interno, entre muchas otras variables.
por Julieta Colella
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