A Brasil lo tenemos muy cerca, abrazándonos sin barbijo. De algún modo nos encanta Brasil y Jair Bolsonaro; nos encanta el desparpajo teatral de los villanos. Ayer Bolsonaro volvió a decirle a la gente que no haga cuarentena y que siga trabajando. Subió sus videos en Twitter, y Twitter por marketing hizo lo que por diplomacia no hizo la comunidad política internacional, le cerró la cuenta.
Mientras Jair “Mesías” Bolsonaro insistía en su insurrección personal contra la “gripecita”, de este lado Alberto Fernández reforzaba la guerra contra el enemigo invisible y alargaba la cuarentena.
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