Sigo sorprendido por cómo la historia hace de las suyas con nosotros y con nuestros dirigentes políticos. Hace apenas un año, a Alberto Fernández no se le pasaba por la cabeza ser presidente. Esta pandemia mundial lo colocó en una fase de una transformación histórica. Ahora le tocó liderar una alianza de hecho, entre oficialismo y oposición. Fue esta vorágine histórica la que lo terminó en transformar a Fernández en alguien distinto. Columna de Gustavo González, desde los estudios de Radio Perfil.
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