Friday 26 de April de 2024
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Luis Naidenoff: "Hay algunos que son como Insfrán, pero con buenos modales"

POLITICA | Por Jorge Fontevecchia | 17 de March 09:39

Formosa ocupó el centro de la escena. Volvió a ser eje el tema de los DD.HH. y las libertades individuales. Uno de los líderes del radicalismo provincial y de la coalición opositora en el Parlamento describe la situación en la provincia y hace proyecciones nacionales. Le preocupan el silencio de Máximo Kirchner y la autodegradación de Alberto Fernández.

—¿Es real o antropológica la imagen que tenemos de Formosa desde Buenos Aires? ¿Es una mirada porteña?

—No es una mirada porteña, al contrario. Lo que pasa en Formosa tiene que ver con la realidad de muchos gobiernos del interior de la Argentina que tienen una fuerte impronta autoritaria. La liga de gobernadores que tiene características feudales logró imponer la idea extorsiva de canjear gobernabilidad por acompañamiento. Eso trajo de la mano claudicación y pérdida de ciudadanía. Formosa es el modelo. Es un modelo de opresión, dominación, clientelismo. Es parte de la agenda de 2021. La pandemia en Formosa es una especie de fractura expuesta de un proceso de degradación institucional. Dejó en evidencia la miseria política del gobierno provincial en el trato del día a día con los propios ciudadanos. La pandemia es el punto de inflexión. Ese 5 de marzo, el día de la represión, ese “viernes negro”, es el punto de inflexión. Se demostró que la libertad le ganó al miedo. Es un símbolo. Un símbolo para los formoseños. La ruptura del paradigma del control y de un Estado asfixiante con la erupción de los jóvenes, el acompañamiento de sus padres, algo absolutamente novedoso en la política formoseña. Transmite esperanza en un contexto adverso.

—Formosa es vecino de Paraguay. ¿Hay relación histórica respecto de ese decisionismo que caracterizó la política paraguaya con un partido como el Colorado y un presidente como Alfredo Stroessner que era elegido de manera continua? 

—Es posible. No podemos analizar únicamente este fenómeno de cooptación simplificado a un Estado con falta de alternativas del sector privado. La cooptación es cultural. La cooptación del Estado fue avanzando, con los sectores profesionales, los colegios profesionales, la Confederación Económica. El presidente de la Confederación Económica desde hace años es el principal proveedor y contratista del Estado (N. de la R.: Enrique Zanín). También avanzó sobre los gremios. Es la única provincia donde un representante de UPCN es el asesor del Poder Ejecutivo y también defiende a los trabajadores. Hay un sistema de cooptación aceitado y a su vez con un modelo con fuerte caja que disciplina. Un modelo exitoso en lo electoral y desastroso en lo social. Hay semejanza entre el estilo autoritario de Gildo Insfrán con la cultura de Alfredo Stroessner. Con Stroessner se generó un proceso donde el propio pueblo se expresó y produjo el cambio. El mayor activo de Insfrán es cambiar las reglas de juego adaptadas a sus propias circunstancias, a través de la ley de lemas, la reelección indefinida. Todo con la protección y el padrinazgo político nacional. No hay sistemas feudales en Argentina sin la protección de un gobierno nacional. Vemos hace años una enorme protección en base a la degradación democrática y cultural de un propio pueblo. La prensa está censurada y limitada, los medios tienen dependencia estatal conforme a la propia pauta. Los estudiantes no tienen salida salvo trabajar en el Estado. El sector privado fue prácticamente aniquilado. Los pueblos originarios reclaman por la dignidad. Aun así, llegan a la Casa Rosada, golpean las puertas y se encuentran con un acompañamiento. Estamos viviendo un proceso de extorsión democrática. También le tocó al gobierno de Cambiemos. Cuando gobernás en minoría, lograr acompañamiento parlamentario para la aprobación de determinadas leyes viene de la mano de un falso federalismo de concertación. Es complejo concertar reglas democráticas, reglas previsibles y que generen un tratamiento igualitario. No hay tratamiento igualitario en principios republicanos básicos. La gobernanza a través de la extorsión fue la herramienta que facilitó que pululen los Insfrán, los ejemplos en Santiago del Estero, lo que pasa en Tucumán o en Santa Cruz. No es un fenómeno aislado. Hay que mirar a Formosa en función de lo que viene, como un fenómeno nacional. Nada se compara al estilo Insfrán. Es la provincia que menos exporta, que tiene los peores indicadores en cuanto a necesidades básicas insatisfechas o la mortalidad materno-infantil. Este proceso de cooptación cultural tiene que ver con una distorsión de una visión de país que necesita construir la Argentina. Es un desafío mirando al futuro. Formosa tiene una ubicación geoestratégica privilegiada. Estamos a las puertas del Mercosur, pero hay que cambiar el paradigma. El paradigma es el Estado-dependiente. El clientelismo es el denominador común. No hay una visión de futuro que pueda trabajar y explotar la idea de avanzar en un puerto para la Hidrovía Paraná-Paraguay. Paraguay genera un excedente y no lo puede trabajar Formosa.

Escuchá el reportaje completo en Radio Perfil.

 

por Jorge Fontevecchia

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