No saber, saber cualquiera, lo difícil es saber que no se sabe. La mayoría de los presidentes son personas comunes, creen que saben. Con la mayoría de los políticos pasa lo mismo, con la mayoría de nosotros los periodistas también.
Es lo mismo que pasa con los vecinos, saben qué político robó, si la vacuna rusa contra el covid va a funcionar o es un fraude, o por qué es incorrecto el último fallo de la Corte Suprema.
En cambio las personas sabias saben que no saben. Quizás no las hace mejores, pero sí distintas. La pregunta entonces es si un sabio puede ser presidente, si alguien que asume su incerteza puede conducir a una sociedad.
Escuchá la columna de Gustavo González, desde la redacción de Radio Perfil.
por Gustavo González
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