Dos semanas después del levantamiento de la policía Bonaerense, tanto en la nación como en la provincia admiten que lo que en principio había empezado como un reclamo salarial, ahora están convencidos de que en algún momento la política metió la cola.
Dicen que fue a partir de la mañana del 9 de septiembre, cuando uno de los agentes amenazó con tirarse de una torre y en la quinta presidencial arrojaron una bomba molotov contra sus muros.
Sospechan más de los propios que de los ajenos y hasta mencionan supuestas pruebas en manos de Sergio Berni, que comprometería a la Casa Rosada en el armado de lo que ocurrió.
Escuchá la columna de Gustavo González desde la redacción de Radio Perfil.
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