Si Alberto Fernández cometiera la osadía de avanzar definitivamente en la construcción de una Argentina antigrieta, entonces debería poner en marcha estrategias de un consenso inevitable. Una teoría de la inevitabilidad implica el desarrollo de alianzas socioeconómicas, acuerdos políticos, relaciones personales y escenificaciones mediáticas que construyan nuevas alianzas y acuerdos.
Construir un relato del diálogo y la negociación como forma inevitable de relacionamiento social y político. Cada movimiento, según esta teoría, generaría uno nuevo, que a cada paso obligaría a los factores políticos enfrentar la disyuntiva de sumarse a lo inevitable o quedarse afuera de una nueva centralidad del poder.
Escuchá la columna de Gustavo González, desde la redacción de Radio Perfil.
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