Es verdad que la Justicia no funciona correctamente, que los juzgados están sobrepasados de trabajo y que las provincias necesitan más jueces federales, algo que plantea el proyecto oficial de reforma judicial presentado. La sociedad desconfía de sus jueces y su relación con el poder político.
Pero la solución que encontró el Gobierno a esa demanda parece no ser la adecuada. Es difícil no ver en la intención de multiplicar jueces, una forma de licuar la presencia y el poder de los magistrados que hasta ahora deben intervenir en las causas contra Cristina Kirchner y sus funcionarios.
Escuchá la columna de Gustavo González, desde la redacción de Radio Perfil.
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