Thursday 28 de March de 2024
Perfil

La jorobada de Nuestra Señora (Marcela Losardo: caso cerrado)

POLITICA | Por Edi Zunino | 15 de March 13:15

Se supone que, en cuestión de horas, el presidente Alberto Fernández debería estar anunciando quién va a reemplazar a su amiga Marcela Losardo al frente del Ministerio de Justicia, que parece haber pasado a ser el tesoro más preciado del Frente de Todos a la vez que, eventualmente, el gran ariete de la campaña electoral que viene.

Ya pasó una semana desde que Alberto dio por iniciada la danza de los relevos, cuando le dijo al Gato Sylvestre en C5N que la ministra está “agobiada”, sin detallar los motivos del agobio y todo en medio de una tensión en ascenso entre los poderes Ejecutivo y Judicial.

Si tomamos las palabras literalmente, nadie se agobia solo. Agobiar significa imponer a alguien una actividad o esfuerzo excesivo y, por lo tanto, deprimir, molestar gravemente o rebajar a alguien. Etimológicamente, agobiar es cargar a alguien con el peso de una joroba. Los italianos le dicen gobbo al jorobado. Agobiar es abrumar, atosigar, oprimir, acosar… y podríamos sumar nuestros más afectos estresar o joder.

La pregunta resulta obvia: si en 15 meses de trabajo un ministro –en este caso ministra- termina agobiado, ¿habrá hecho lo correcto el Presidente al elegir a su amiga y socia? ¿Cuál es el fondo del problema: la debilidad de Losardo…; la mala decisión de ponerla ahí? Hay dos versiones sobre quién jorobó a la ministra: 1) ¿fue Nuestra Señora Cristina con sus presiones para presionar a los jueces?; 2) ¿fueron los medios, según apuntó Santiago Cafiero sin la más mínima creatividad…?

Hay otro modo de ver las cosas… La designación de Marcela Losardo parece haber respondido a una estrategia digamos consensuada o pacífica de abordar el asunto judicial… Su esposo, el escribano Fernando Mitjans, quien por su historia familiar en Boca Juniors tiene trato estrecho con Daniel “El Tano” Angelici –gran operador del macrismo en Tribunales- y con el propio Mauricio Macri. Mitjans tiene un cargo en Boca y otro en la FIFA.

Surge otra pregunta, entonces: ¿a Losardo la agobió el fracaso de no haber logrado una reforma judicial por las buenas, es decir, conversando y comprometiendo en eso hasta su propia intimidad? Nadie va a reconocer semejante cosa. Lo cierto es que, mientras Alberto y Cristina levantaron el tono contra la Justicia, de golpe todos los días se suma una nueva denuncia judicial contra Macri o algún macrista de peso promovida por kirchneristas, como una especie de contra-lawfare…

En esta historia de nunca acabar, por ahora jorobados terminamos todos…

 

por Edi Zunino

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