Friday 29 de March de 2024
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Fernández vs. Larreta: lo único “federal” sigue siendo el jabón

POLITICA | Por Edi Zunino | 14 de September 12:41

A simple vista o de oídas, a vuelo de pájaro, digamos, tendemos a creer que el federalismo, en nuestro país, representa una ideología o, al menos, un propósito. ¿Una conducta? ¿Una tendencia? Pero el federalismo ni siquiera ha trascendido los tiempos como una postura partidaria clara o hilable históricamente sin apelar a manipulaciones acomodaticias y oportunistas del pasado.

Digo esto porque, en la Historia de veras, la que puede ser corroborada por los hechos, los más grandes federales se han comportado, en la práctica, cuando tomaron el poder, como tremendos unitarios. Enormes porteñistas del anti-porteñismo.

El federalismo, entre nosotros, hasta hoy ha sido más que nada una pose autoproclamada de porteños para convertir en fuerza propia, con cínico pragmatismo, el odio a los porteños que siempre inspiró al interior, sobre todo a sus élites, pero también a los sectores populares influidos por esas dirigencias.

Voy al punto… Literalmente al punto: quitarle un punto de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires para dárselo a la provincia homónima porque la policía exigió paritarias a punta de pistola, no encaja fácilmente en la definición que cualquiera de nosotros haya escuchado o entendido de federalismo. Parece otra cosa. No sé. Quisiera no pecar de hiriente.

Tampoco es necesariamente federalismo contar con el apoyo de 19 mandatarios provinciales del partido gobernante para sacarle fondos al opositor porteño y dárselos al oficialista porteño, como si el presidente, también porteño, fuese su papá. O el padrastro.

Quienes a esta altura crean que la presente columna viene en apoyo a Horacio Rodríguez Larreta, se equivocan. En principio, porque la defensa de Larreta también se apoya en argumentos falaces, al menos desde lo comprobable.

Si la decisión por decreto de quitarle plata fue inconstitucional, como dicen, también lo habrá sido la de otorgársela, porque Mauricio Macri le aumentó los fondos por decreto ni bien asumió, corriendo diría, en enero de 2016. Ayer, el expresidente salió a pegarle a su sucesor en el diario La Nación porque lastimando a la Capital Federal, se lastima el federalismo. Esto ya parece una parodia entre “unitales” y “federarios”... ¡Viva la Santa Unitación, mueran los salvajes federarios!

Digan la verdad: no estamos discutiendo el federalismo ni el autoritarismo ni ningún valor profundo. Estamos usando la tristísima pauperización de la Argentina para volver a reforzar la lógica oficialismo-oposición y que la política se disponga a hacer casi lo único que sabe hacer casi a la perfección: una nueva campaña electoral para el año que viene, que se nos viene encima.

¿Por qué digo esto? Miren bien: que los gobernadores peronistas festejen algo que no beneficia a nadie en el interior y que los intendentes macristas rechacen más fondos que al menos en teoría les vendrían muy bien a sus habitantes, demuestra que el asunto pasa más por las convenientes divisiones de la dirigencia que por las urgentes necesidades de la población.

La Argentina necesita federalismo. Llora su falta. Se deshace en el brillo de su ausencia. Pero el federalismo no se hace firmando un decreto (ni una carta abierta, ni un tuit) y mucho menos un decreto que no deja de ser centralista: la provincia de Buenos Aires es, como tal, la más rica del país. Claro que, al mismo tiempo, es la olla donde se cocina la mayoría de los votos para decidir elecciones.

Ahí está la gran paradoja del federalismo argentino. Hasta el más federal de los federales, si es que existe, para ganar necesita un Gran Buenos Aires monstruoso. Por eso, acá, lo único verdaderamente "federal" sigue siendo el jabón. El miedo a ser más pobres mañana a la mañana, digo.

 

por Edi Zunino

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