Las ondas expansivas de las bombas que caen en Ucrania se hacen sentir con intensidad en una Europa que apostó por la guerra. Empujada por Estados Unidos, se sumó a las sanciones económicas impuestas a Rusia.
Da la sensación que Vladimir Putin no está perdiendo la guerra, sino que con la frialdad que lo caracteriza calculó el momento para llevarla a su terreno, ahogar la economía europea y golpear los bolsillos de sus ciudadanos.
El polvo de la incertidumbre cubre las principales capitales europeas y ante este panorama la Unión Europea anunció una serie de medidas que afectan a la energía y al valor del dinero.
Escuchá la columna de Sergio Manaut, desde Madrid, para Radio Perfil FM 101.9.
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