Radio Perfil dialogó con Diego Golombek, biólogo y especialista en cronobiología, quien brindó detalles sobre los efectos biológicos que tiene la cuarentena sobre todos nosotros. La importancia de la rutina, lo que ocurre con el ocio y el nuevo ritmo del reloj biológico. Escuchá la nota completa.
“El cerebro se regocija en la predicción, saber lo que va a venir es bueno. La predicción de lo que vamos a hacer se va perdiendo en cuarentena, por eso es bueno armar rutinas para saber dónde estamos parados. Anotar las cosas que uno tiene que hacer, planificarlo y después hacerlo”, inicio Golombek la charla.
Sobre la rutina el biólogo prosiguió: “Es infundada la mala prensa de la rutina. Ojo, hace bien hacer tareas disruptivas, pero no por ser rutinarios somos menos creativos. Una rutina ayuda a que lo tiempos no se hagan de goma y una idea nueva no va a venir sin la rutina previa”.
Además se refirió al ocio: “El ocio tal como tal no existe, el cerebro nunca está apagado y permanentemente estamos activando partes, aún dormidos. No estamos en una situación normal y eso ayuda que no podamos disfrutar del ocio, pero es cuestión de encontrarlo, de apagar las pantallas y ver qué ocurre. Aislamiento no es encierro, hay que tratar de buscar espacios como balcones, ventanas para la oxigenación mental”.
Golmbek también respondió a si el asilamiento obligatorio influye en nuestro reloj biológico: “Estamos viendo que sí, nos estamos volviendo un poco adolescencia todos, en el sentido que se está retrasando la hora del reloj por muchos motivos. Uno es que no tenemos condicionamiento, No tenemos despertador y necesitamos ese rato de sueño. El otro es que estamos abusando de las pantallas, las pantallas nocturnas como compañeras de dormitorio son bastantes malas, no son nada inocente, ese luz afecta directamente al reloj biológico”.
por Carlos De Simone
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