Thursday 25 de April de 2024
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Cristina presa (o reina): la verdadera “cuestión de fondo” en la Corte, la economía y casi todo

POLITICA | Por Edi Zunino | 02 de October 12:53

Hace ya como diez años, esa vez en medio de chispazos con el Grupo Techint, Cristina Kirchner lanzó aquella frase célebre de “si quieren tomar las decisiones, armen un partido y ganen elecciones”. Hoy la foto es otra, pero la película es la misma: CFK sobrevivió al despoder, volvió con votos como vicepresidenta y los sectores más potentes de la economía, bastante representados políticamente por el macrismo pero mucho más todavía por el anti kirchnerismo (que también tienen muchos votos), vuelven a ser los grandes árbitros de un gobierno peronista, poniendo en duda si quien manda es Alberto Fernández o es Ella.

Seguimos congelados en Cristina. Tres ejemplos de ahora mismo:

• La Corte Suprema debe decidir si los presidentes pueden mover jueces a su antojo, pero la verdadera “cuestión de fondo” no es constitucional, sino casi policial: ¿va a ir presa CFK o no?

• Si la Corte debe definir los fondos coparticipables porteños, la verdadera “cuestión de fondo” no es económica, sino eminentemente política y hasta cultural: Alberto es un títere de la Señora, porque él es porteño y la anti porteña es Ella.

• Si faltan dólares y, para que el Banco Central no pase a ser una cáscara vacía, el Gobierno toma medidas impositivas, el problema no es económico ni financiero: es que Cristina quiere vengarse de los ricos.

El núcleo escarlata del círculo rojo sabe que Cristina ya no es el sujeto, o sea, el sustantivo de la política, pero también tiene claro que CFK funciona a la perfección y en diferentes usos como adjetivo calificativo, o más bien como descalificación, del Presidente:

• Si Alberto F. levanta el dedito, no es autoritario: es Cristina.

• Si deja pasar el impuesto extraordinario a las grandes fortunas, no es de izquierda, ni populista, ni socialdemócrata ni émulo de Bill Gates o del Papa (que proponen el mismo aporte extraordinario de los ricos ante la emergencia pandémica): es Cristina.

• Si Fernández disgusta o no convence, será todo lo Fernández que quiera, pero más tipo Cristina Fernández que con nombre propio.

• Y si Alberto Fernández es culpable, sobre todo, de algo, es de dejarse ser Cristina.

Hay millones de personas dispuestas a ver las cosas así. Mal o bien o más o menos, falta nada más que un año para que esos millones de personas vuelvan a votar. Y el Presidente ya no sabe qué hacer o qué decir para explicar que él es él y no es ella, lo cual debe ser cierto, pero en la política no importa demasiado quién tiene la razón o por lo menos ajusta a la verdad algunos de sus dichos: importa más lo que se ve o se quiere ver, lo que parece, porque lo que más importa de todo es encontrar quién tiene la culpa de este desastre renovable y sin salida.

Acá no elegimos gobiernos. Vivimos candidateando a los próximos culpables.


 

por Edi Zunino

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