Este pibe de Córdoba… Eduardo Prestofelippo, el que se hace llamar “El Presto” en las redes, ¿viste? Sí, ese mismo… Bueno, fue sancionado por Twitter como consecuencia del revuelo que armaron sus desagradables posteos en torno al Caso Úrsula, la chica de 18 años asesinada en Rojas. No voy a reproducir esos tuits… Y no por la repulsión que me generan, sino porque tengo derecho a no hacerlo.
Ese es el tema relevante, a mi juicio, en el asunto de este pibe: el derecho a expresarse, que a veces puede ejercerse con silencios u omisiones porque a veces es más decoroso callarse, aunque gente como “El Presto” no lo sepa. O no le importe el decoro. Pero soy periodista… Comunicador… Creo en la libertad de palabra. En Twitter deberían dejar de hacerse los justicieros de mentirita y reabrirle la cuenta ya mismo a “El Presto”. Ni Twitter es básicamente justo, ni la estupidez configura delito alguno.
Lástima que haya gente tan importante capaz de hacerles el chingui-chingui a las ocurrencias insustanciales de este pibe, que se hace el liberal pero en realidad representa con alguito de talento la oquedad ideológica tan característica de estos tiempos.
Da clicks y da seguidores pronosticar el linchamiento de una ex presidenta.
Da clicks y da seguidores mofarse de un cadáver aún caliente para cuestionar a las “feminazis”.
Lo que no da es prestigio. Lo que no da es sustancia.
¿Importan el prestigio y la sustancia?
Por eso, lástima que personas tan importantes como Patricia Bullrich Pueyrredón sean capaces de buscar votos juntándose con gente como “El Presto” y, encima, justo el día en que “El Presto” mostraba toda su hilacha primitiva, que tiene pinta de moderna porque sale por internet y parece “políticamente incorrecta” porque se ubica en la oposición más feroz.
"Me alegra que haya jóvenes comunicadores que se animan a hablar y a manifestar sus ideas, sin ser políticamente correctos. La diversidad y el libre pensamiento hacen crecer a la democracia", tuiteó ayer a las 9am la ex ministra de Seguridad, horas antes de que la pajarera le clausurara la puerta a Prestofelippo.
Voy a permitirme corregir a Bullrich… O, bueno, a discutirle… Lo que hace crecer la democracia no es el “pensamiento” de “El Presto”, en todo caso es que exista para podernos elevar en su cuestionamiento.
Hasta es posible que este pibe termine siendo candidato a alguna cosa, supuestamente para pelear por la libertad, pero, en la realidad real, para demostrar que tanto no le molestaría recibir un conchabo del Estado y un salario “pagado con los impuestos de todos”. No sería el primer legislador que llega sólo por adiestramiento en la generación de ruido.
Tiene su lado productivo la existencia de personas como éstas. Por contraste, demuestran que aún queda gente agradable. Con la que es lindo conversar. Y hasta discutir. Gente que no se auto-percibe inteligente en la selva de la web, sino que lo es nomás en la realidad real. Y su existencia suma algo más que followers y “me gusta”.
por Edi Zunino
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