Thursday 25 de April de 2024
Perfil

Caso CFK: nunca se odia tanto como cuando la “dueña del odio” pide dialogar

POLITICA | Por Edi Zunino | 27 de October 12:33

Cristina Fernández habla por sus posteos. Así eligió al candidato presidencial que iba a secundar en la fórmula y así habló ayer, para adueñarse del mensaje central ante un acontecimiento que la afecta seguro que como a nadie más: los 10 años de la muerte de Néstor Kirchner, que se cumplen hoy.

Es increíble cómo sigue siendo la figura central de la política y cómo se la conflictiviza para mantenerla en ese podio, tanto por parte de quienes la aman como desde todo lo contrario.

“Esta desconfianza en la Argentina la genera Cristina”, dijo Elisa Carrió. Flor de problema plantea Lilita -que tarda más que Los Chalchaleros en concretar su anunciado retiro-, porque CFK es la Vicepresidenta de la Nación por el voto popular, lo cual querría decir que quienes desconfían porque está Cristina recién volverán a confiar en nosotros cuando la mayoría vote de otra manera. El asunto es que algo así ya pasó en 2015, pero nos fuimos al tacho y los que ganaron entonces no se hacen cargo ni un poquitito así de por qué perdieron.

La “dueña del odio”, en cambio, que tampoco se autocriticó a nivel personal por haber “inventado” a Mauricio Macri, ensayó una explicación de aquella derrota en la fractura del peronismo, que cuatro años después le dio “la razón”, digamos, reunificándose bajo la presidencia de otro -elegido por ella- y ganando en 2019.

Como siempre que emite un mensaje, CFK mezcla verdades con algunas falsedades y sobre todo con estruendosas omisiones… Las falsedades casi siempre suelen tener que ver con hacer de todas las causas judiciales en su contra un bollo maléfico de sus enemigos, aunque, despejando un poco las pajas del trigo, hay casos como Hotesur y Los Sauces donde sigue debiendo explicaciones, que si pudiera darlas es de suponer que lo habría hecho hace rato en vez de refugiarse en su derecho a la defensa, que, por otra parte, claro que lo tiene -o debería tenerlo- mientras rija la Constitución en vigencia, ya que no somos Chile.

Hace rato ya que Cristina no le habla a la sociedad. Ahí, en esa difusa generalidad denominada “la gente”, hay un 70% que no la quiere y un 40% que directamente la detesta. Ella les habla a los propios y, en general, hace bastante tiempo que lo viene haciendo no para que prendan fuego todo, sino para casi todo lo contrario. De ningún otro modo podría haberse armado una coalición con Sergio Massa, que pidió que vayan presos ella y muchos los K y ahora es un cariñoso interlocutor de Máximo; ni con Alberto, que en su momento le dio muy duro, ni con la ex de Alberto, Vilma Ibarra, que escribió un libro muy feo para el gusto de CFK. Es en temas como este mismo que señalo donde Cristina dice la verdad: nadie tan vengativo como se la supone o pretende suponer reharía buenas migas con quienes la castigaron tanto (salvo que esté preparándose un sánguche con ellos para deglutírselos a dentelladas secas y calientes mientras todos nosotros comemos pochoclo viendo la peli).

Todos los análisis de hoy señalan que “el dato” del nuevo manifiesto facebookista de CFK son sus aspectos críticos y quejosos bastante directos hacia Alberto Fernández, que los tiene. Sin embargo, desde el punto de vista político en serio, el asunto central es la aceptación por parte de Cristina Fernández de Kirchner de sentarse a dialogar con sus enemigos jurados, la oposición y el establishment concentrado y mediático, para tratar de encontrarle la vuelta a la crisis.

Por eso llamó al diálogo antes que Alberto, incluso por encima del mandatario: porque el kirchnerismo duro viene buscando otra cosa, definiciones tajantes recalentadas por la misma crisis, las tomas de tierras y las historietas simil porno de los Etchevehere o los Macri. ¿Está pactando su pacifismo a cambio de algunos ministerios? Puede ser. Esto es política. Pero llamó a aflojar la cuerda, no a forzarla ni a incendiar nada.

Es necesario tener en cuenta que el kirchnerismo puro y duro de este país pauperizado es muchas cosas que no se ven y ocurren en barrios embarrados con movimientos sociales calefaccionados a leña, punteros de armas tomar, gentes de malos modales y, también, muches chiques con cultura de clase media y paciencia sin demasiado entrenamiento. Caciques e indios bravos, digo. O al menos ruidosos. 

¡¿Entonces?! ¡¿Qué?! ¡¿Se volvió buena Cristina?! Y dale… No se trata de eso. Tampoco de lo contrario. Cristina sólo hace de Cristina. Y jamás pasa desapercibida porque pesa con peso propio como pocos (o casi ninguno), mal que nos pueda pesar a todos y todas, empezando por el Presidente que ella designó y debe administrarla como un dato central de la realidad siempre inquietante.

 

por Edi Zunino

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