Thursday 18 de April de 2024
Perfil

Bolsonaro nos trata de maricones. ¿Y por casa cómo andamos, presidente Fernández?

POLITICA | Por Edi Zunino | 12 de November 12:43

 

Jair Bolsonaro, que ya tuvo la “gripecinha” y la pasó como un toro, salió en estos días a doblar la apuesta tratando directamente de “maricones” a los que se cuidan del coronavirus. Es cierto que Bolsonaro (¡qué macho Jair, por cierto!) les habla a los brasileños y lo hace por cuestiones incluso electorales, porque se vienen ya las municipales y se la pelea palmo a palmo al lulismo sin barbijo. Pero también es cierto que a Bolsonaro lo vemos por la misma tele y las mismas redes que a nuestros dirigentes, hablando de la misma enfermedad desde acá nomás, en la misma región. O sea que el presidente vecino (insisto: ¡qué macho, Bolsonaro!) nos habla, de paso, a nosotros, que supuestamente nos cuidamos, y a los uruguayos, que le cierran la frontera en la cara para preservarse.

Y digo que “supuestamente” nos cuidamos acá porque, la verdad, el mensaje del Gobierno parece haber patinado por completo hacia un viva la pepa que lo hace parecer otro gobierno que el de cuando empezó todo este mal chiste global del coronavirus. Hoy, Alberto Fernández está aislado porque Gustavo Beliz se pegó el Covid y todos los que estuvieron con él en el aguante a Evo Morales, sin distancia ni barbijo, debieron aislarse también. Medio Gobierno aislado por imprudencia.

Las excusas suenan patéticas:

1) “Béliz no se contagió en la comida con Evo”. No importa eso, queridos gobernantes. Ustedes mismos explicaron que la distancia y el barbijo son, además de para no contagiarse uno, evitar que uno contagie a los demás si tuviera el virus encima sin síntomas.

2) “Uno pierde noción de la distancia”. Y, sí, queridos gobernantes: por eso se supone que nos insistieron tanto en no bajar la guardia que ustedes ahora bajan, en vez de dar el ejemplo en el momento más propenso al relax.

3) “Es difícil que un Presidente respete los protocolos”. Es una verdadera pena que se diga semejante pavada, cuando se sabe de qué se trata y, aparte, la actividad oficial está regida, de cabo a rabo, por designios protocolares que indican hasta qué palabras corresponden usar en qué momento.

Tampoco quisiera dejar de comentar el comentario de que “el Presidente está fuerte como un toro”. ¿Otro toro! ¡Ay, Diosito Santo! ¡Cuánta previsibilidad animaba, al final, al “gobierno de los científicos”! Según los decretos que nos regulan la vida a todos, el Presidente es persona de riesgo: tiene más de 60 y, de paso lo digo, esa manera de respirar que tiene no lo muestra muy bien ventilado que digamos, en general.

Les confieso algo: que Bolsonaro me trate de maricón, eventualmente, me da risa. Es grave, pero lo tomo como de quien viene, un personaje troglodítico que ya pasará a la historia como un error antropológico. Lo que no me gusta nada, pero en serio, es que me tomen por boludo, así, a mansalva y sin derecho a la defensa.

¡Cuídese, Presidente! Se lo puso ahí para que, entre otras cositas, dé el ejemplo…

 

por Edi Zunino

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