Ocurrió cerca de las 9 de la noche de aquel sábado y, en apenas 25 segundos, las edificaciones de la capital provincial quedaron destruidas.
El movimiento sísmico tuvo una magnitud de 7,4 en la escala de Richter y una intensidad de 9 en la escala de Mercalli.
El epicentro se situó 20 kilómetros al norte de la Capital, en la zona de La Laja, departamento Albardón.
El terremoto ocasionó, además, daños de consideración en los servicios públicos, en rutas y caminos, en vías férreas y en fábricas, especialmente bodegas.
En las zonas más próximas al epicentro se produjo el fenómeno de “licuefacción” del terreno, que consiste en un cambio de estado de una sustancia cuando pasa del estado sólido al líquido.
A través de una innumerable cantidad de grietas, el agua afloró en la superficie y se formaron volcanes y cráteres de arena.
El poder de devastación fue tal que destruyó el 90 por ciento de los edificios de la capital sanjuanina, 100 mil personas se quedaron sin hogar y, aunque nunca se conoció el número exacto de víctimas fatales, se estimó en más de diez mil.
A las pocas horas del terremoto, los sobrevivientes se organizaron en grupos para rescatar a las personas que se encontraban atrapadas entre los escombros.
No se podía ver casi nada por lo que se guiaban por las voces de auxilio o los gritos de dolor.
Los cuerpos fueron llevados a la Plaza 25 de Mayo, iluminada únicamente por las luces de los autos orientados estratégicamente hacia el centro de la manzana.
A la mañana siguiente, en una zona donde las precipitaciones son escasas, se desató una fuerte tormenta.
Se veían numerosas familias que, en improvisadas capillas ardientes a la intemperie, velaban a sus muertos.
Con el correr de la horas, los soldados enviados al lugar cavaron una fosa común de cuatro metros de ancho y más de cien de largo frente al cementerio local.
Los fallecidos eran llevados en camiones del Ejército y arrojados a la fosa donde eran incinerados.
Los miles de niños que quedaron huérfanos fueron adoptados por familias de todo el país, aunque nunca se llevó un registro oficial debido a la falta de legislación en el tema.
El 18 se declaró día de duelo nacional, y se suspendieron todos los espectáculos.
Al recorrer la zona afectada, el presidente de facto de aquel momento Pedro Pablo Ramírez atribuyó el fenómeno natural a una “prueba de Dios para reparar los errores del pasado”.
El Poder Ejecutivo creó el Consejo de Reconstrucción de San Juan, dependiente del Ministerio del Interior.
Este organismo llevó a cabo la construcción de unos 25 barrios, en el Gran San Juan construyó 7800 viviendas, mientras que en los departamentos se hicieron 1900 más.
El 22 de enero se realizó un festival artístico a beneficio de las víctimas del terremoto en el Luna Park, donde se produjo un hecho que marcaría la política del país durante las próximas décadas: Allí se conocieron Eva Duarte y Juan Domingo Perón.
El 15 de enero de 1944 se produjo el trágico terremoto de San Juan, la mayor catástrofe natural de la historia argentina.
La historia también es noticia en Radio Perfil. Guion de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil
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