Hong Kong es hoy uno de los grandes centros financieros de China y del mundo, pero hubo un tiempo en que no perteneció al gigante asiático: el Reino Unido ocupó el territorio desde 1842 hasta 1997.
Hong Kong fue adquirido por el Reino Unido en 1842 a través del Tratado de Nankín, y ratificado en 1860 por el Tratado de Pekín, donde se aumentó la superficie por la incorporación de nuevos territorios, y por el Convenio para la extensión de Hong Kong 1898.
La Guerra del opio, o guerras anglo-chinas, fueron el origen de la colonización. Sucedieron de 1839 a 1842 y de 1856 a 1860.
En la segunda etapa de la guerra, Francia se alió a Gran Bretaña para luchar contra China.
China tuvo que abrir sus puertos al comercio internacional desde una posición desventajosa con aranceles muy bajos a los productos occidentales.
Finalizadas las Guerras del Opio, China firmó con el Reino Unido, Francia, Rusia y Estados Unidos, los Tratados Desiguales.
En 1912 con la conformación de la primera república china, con Yuan Shikai a la cabeza, la isla de Hong Kong fue un lugar de exilio.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Hong Kong pasó a manos de Japón, y fue un centro militar. Pero con la derrota del eje, los ingleses la recuperaron de nuevo.
Las negociaciones empezaron en 1982 y tardaron más de dos años, hasta que las partes aprobaron la Declaración Conjunta Chino-Británica.
Aquel 19 de diciembre de 1984 los ingleses se comprometieron a devolver Hong Kong a China en 1997, a cambio de que esta permitiese que el territorio siguiese siendo una economía capitalista y tuviese libertades políticas.
Fue entonces cuando el líder chino Deng Xiaoping ideó el modelo “un país, dos sistemas” y se comprometió a respetar la autonomía hongkonesa hasta 2047.
La historia también es noticia en Radio Perfil FM 101.9. Locución de Pita Fortín.
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