Wednesday 15 de May de 2024
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Juan Cabandié: "Argentina es completamente injusta en su distribución del ingreso"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 13 de April 19:29

Hijo de desaparecidos, nieto recuperado, legislador por varios años, fundador de La Cámpora, de la que decidió dejar de ser parte, es uno de los pocos ministros que mantienen su cargo desde el inicio de la gestión de Alberto Fernández. El paso del tiempo y la experiencia lo llevaron a una madurez política que se refleja en sus palabras. Así analiza los años de kirchnerismo, los tres años del Frente de Todos y su futuro en la gestión pública.

La última vez que te entrevisté en este reportaje largo fue casualmente cuando vos hablabas en 2019 del acercamiento entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Hoy, cuatro años después, ¿cómo vivís las tensiones que hay entre ambos?
La verdad es que las tensiones existen en todos los ámbitos políticos, no son excluyentes de ninguno. Esas tensiones también están en Juntos por el Cambio. Las nuestras tienen la particularidad de que, además de ser una fuerza política, somos una fuerza de gobierno. No hay otro camino que saldar esas dificultades que tenemos y, sobre todo, pensar en la estabilidad, en el futuro, en la robustez de nuestra fuerza política. Me lleva a pensar que el tiempo que les destinamos a las disputas se lo estamos sacando a una agenda programática, a proponer al electorado ideas para el futuro, los desafíos que tiene la sociedad argentina en el marco de una sociedad global tan compleja. Si estamos dedicándoles tanto tiempo a las cuestiones internas, que son lícitas, y son seguramente quizás legítimas, pero si le dedicamos tanto tiempo a eso, es porque estamos carentes de alguna idea vinculada de cara al electorado. Y eso es lo que me parece que nos tiene que preocupar. No lo digo como observador de la realidad, sino como integrante. Entonces, tenemos que trabajar en pos y pensar y dedicar más tiempo a los desafíos que tiene la Argentina y, sobre todo, los problemas que tiene la Argentina de cara al futuro. 

Es muy interesante. Lo que decís es que, en realidad, la discusión de nombres y de personas solapa la falta de discusión de ideas y de proyectos. 
La sociedad del siglo 21 es muy compleja. Estamos atravesados por variables que lo hacen verdaderamente difícil. El electorado de este tiempo es un electorado muy volátil, atravesado por la hiperinformación de las pantallas, de las múltiples pantallas, y que llevar propuestas acerca del Estado que está tan vapuleado, que ha sido tan esmerilado y sigue siendo tan esmerilado, es todo un desafío, y eso requiere de mucha capacidad, de mucha inteligencia, mucha escucha. Vuelvo a insistir con la idea de, valga la redundancia, las ideas programáticas necesarias para interpelar a la sociedad del siglo XXI, que sin dudas es muy distinta de la sociedad del siglo XX. Quizás, estamos en plena transición, porque los momentos no son ni lineales ni absolutos, pero creo que estos cambios en el seno de la sociedad nos tienen que interpelar a las fuerzas políticas y a la nuestra en particular, que es en la que estoy interesado, el campo nacional y popular, en pos de repensar cuáles son los desafíos para interpelar a una sociedad que ve a la política, y hay un nihilismo muy importante, como algo malo. Y no es ingenuo que una parte de la sociedad vea la política como algo malo; me parece que es importante el reconocimiento de que hay una decisión que fue muy planificada, que tiene que ver con los poderes concentrados que denuestan al Estado, porque mientras denuestan más al Estado, se benefician las corporaciones económicas. 

Vos decís que criticar a la política es criticar al Estado. 
Estas ideas libertarias, una idea bastante antigua, me parece que no tienen nada de novedoso, porque hablan de un sujeto anterior a la conformación del Estado y a las leyes y las normas, llevan no solamente a la política, sino que me parece que se esconde una discusión sobre el rol del Estado. De por sí, me parece que es interesante pensar que el Estado tiene que mejorar y tiene que ser más eficaz en sus funciones. Pero incluso las grandes potencias económicas no carecen de un Estado robusto. Al contrario, las grandes potencias económicas tienen un Estado robusto. Por otro lado, hay ideas más vinculadas a posiciones liberales que hablan de intervencionismo estatizante, como decía Martínez de Hoz en sus discursos económicos en la última dictadura. Pero, y por otro lado, hay posturas de un Estado totalizante que todo lo tiene que abarcar. El peronismo siempre ha tenido capacidad de encontrar un lugar donde se pueden articular distintas posiciones y hacer un Estado que sea eficiente, eficaz, que promueva las inversiones. 

Vos fuiste el artífice de la recuperación de la relación entre Cristina y Alberto, al mismo tiempo, fuiste fundador de La Cámpora y luego decidiste dejar de ser parte. ¿Hay una diferencia, no de nombres, sino de proyectos entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, discusión solapada en la discusión de nombres? 
Me parece que nosotros, dentro del universo al que llamamos campo nacional popular, peronismo, izquierda nacional, no podemos andar por la vida diferenciando, sobre todo cuando en la sociedad del siglo XXI, volviendo a ver a ese tópico, la diversidad es casi un valor en sí mismo. Es imposible que todos pensemos igual y todos seamos iguales, sería una animalada pensarlo. Y me parece que no hay ninguna razón para no caminar con alguien con el cual pienso en un 90%, 70%, 50% igual. Creo que es torpe incluso estar todo el tiempo diferenciando; no lo hablo como observador, sino como parte, sobre algunas diferencias. Algunas serán más sustantivas, otras de menor cuantía, pero incluso Cristina, creo que su último discurso fue en Viedma, tiene una conceptualización interesante en ese discurso y habla de las sociedades fragmentadas. Es muy cierto. Los liderazgos hoy en la región, en distintas partes del mundo, hay excepciones, pero por lo general son liderazgos cortos, frente a los liderazgos de más años, largos, ya casi no existen esos liderazgos, y eso da nota de una sociedad fragmentada. En países de la región, gana la izquierda, gobierna cuatro años, gana la derecha, vuelve a la izquierda. Ahora, esa fragmentación de la sociedad también atañe a la política. Entonces, si la política es un reflejo de esa fragmentación de la sociedad, sin dudas que para gobernar tenemos que abrazarla, abrir los brazos y abrazar, y acordar, y ponernos de acuerdo con el 50%, con el 60%, con el 70% o el 90%, con otro sector de la política. Eso nos obliga a hacer coaliciones, a caminar juntos, con el que no pensamos 100% igual, y esa es la capacidad de hacer política. Entonces ahí es donde uno tiene que pensar qué queremos como campo nacional y popular, como Frente de Todos, como peronismo. ¿Queremos un proyecto de minorías o un proyecto de mayorías? Para transformar se necesita un proyecto de mayorías, para tener mayorías hace falta abrir los brazos y aceptar que otro no puede pensar igual. Esa capacidad la tenemos que poner en práctica en nuestra fuerza política, y me parece que ahí tenemos un debe que tenemos que trabajarlo. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

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