Su libro Democracia y globalización es una de las principales reflexiones teóricas sobre los efectos globales del “que se vayan todos”, que también sucedió en Argentina. El politólogo señala que la gobernanza debe cambiar, comprendiendo otras dimensiones de lo humano, como lo psicológico. Miembro de la Academia Europea y socio vitalicio de la Asociación Americana de Ciencias Políticas, dice que vivimos un nuevo paradigma.
¿Aquella vieja frase de Winston Churchill sobre que “la democracia es el menos malo de todos los sistemas conocidos” sigue vigente?
Churchill dijo que la democracia es el sistema menos malo, pero es perfectamente posible empeorarlo, tal como vimos en los últimos tiempos.
Su libro “Democracia y globalización” tiene por subtítulo “Ira, miedo y esperanza”. ¿De qué manera estos tres conceptos, habitualmente psicológicos o éticos, pasan a ser políticos?
La ira, el miedo y la esperanza son emociones humanas que la psicología actual estudia de manera innovadora, pero son también emociones y pasiones de quienes participan en política. Hay más emociones en la vida, por supuesto, pero estas son de mucha utilidad para entender comportamientos políticos recientes.
En el libro se dice que “la ira es una emoción política favorable al cambio de la cual pueden beneficiarse los partidos y candidatos de la oposición. Como en algunas crisis recientes, los airados tienden a gritar “¡que se vayan todos!”. En la Argentina esa consigna inició un cambio en la formalidad política y la irrupción de los actuales líderes políticos: la familia Kirchner y Mauricio Macri. Sin embargo, no hubo una transformación estructural en el país. ¿Alcanza con la ira?
Claro que no alcanza. Cuando los líderes políticos que agitaban la ira en la oposición se convierten en gobernantes, suelen cambiar de táctica y entonces llaman al miedo. El caso más reciente fue Donald Trump. La suya fue una campaña electoral de más de un año llamando a rebelarse contra el establishment, contra Washington. Cuando llegó al gobierno empezó a decir todo lo contrario. Habló de la oposición, de los inmigrantes, intentando generar pasividad. Desde el gobierno se intenta generar pasividad a través del miedo. Así, todos los cambios que parecían anunciarse desde la oposición airada se suelen frustrar.
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