Entre tanto ruido de los últimos días sobre la relación del Gobierno y la oposición en torno al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y a las disputas internas que cada vez se escuchan más en la interna de Juntos por el Cambio, aparece ahora un nuevo grupo opositor que cruza al radicalismo y al PRO, se llama: la Mesa de los Cuatro. Está constituida por Horacio Rodríguez Larreta, y por los tres gobernadores radicales, Morales de Jujuy, Valdes de Corrientes y Suárez de la provincia de Mendoza.
Ya hubo tres hechos en los que se sentaron a negociar, más allá de no alcanzar unanimidad de criterios: el rechazo al Presupuesto, el Consenso Fiscal y la respuesta a la invitación del Gobierno a la Rosada por el acuerdo con el FMI.
Por estas horas la Mesa de los Cuatro acordó la necesidad de sentarse a escuchar los detalles del plan de Martín Guzmán. Mientras tanto se quejan de que, a falta de información oficial, se ven obligados a recurrir extraoficialmente a sus fuentes en el organismo.
Lo que esas fuentes les dicen es que el FMI pediría bajar el déficit primario a 2,5% el primer año, una pauta de acumulación de reservas de US$ 3 mil millones anuales y la aceptación de una baja de la inflación en forma paulatina. Lo que les transmiten, en definitiva, es una voluntad acuerdista del Fondo en el contexto de un plan de facilidades extendidas de diez años con cuatro de gracia para amortizar capital.
Esta mesa opositora espera que el Gobierno le confirme si estos datos son correctos. Los cuatro gobernadores junto con el resto de la oposición ya tomaron la decisión de aceptar reunirse con el Gobierno, debería ser en el Congreso, a través de los líderes partidarios y los jefes de bloques. Quieren ser escuchados, aunque con la distancia suficiente para que no parezca que el plan que llevará el Gobierno al Fondo está acordado con ellos.
La estrategia será escuchar y opinar, pero hasta ahí.
por Gustavo González
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