El 6 de febrero de 1826 el Congreso General, reunido en la Ciudad de Buenos Aires por iniciativa del gobernador Martín Rodríguez, resolvió centralizar la conducción del país creando la figura de Presidente.
Al día siguiente, el 7, fue designado para ese cargo Bernardino Rivadavia.
Rivadavia había sido el inspirador del Congreso, que comenzó a funcionar el 16 de diciembre de 1824, en su condición de Secretario de Gobierno de Martín Rodríguez.
La convocatoria al Congreso había tenido como objetivos centrales sancionar una Constitución Nacional y una Ley de Capitalización.
Sin embargo, las disputas entre los unitarios y los federales fueron dilatando un acuerdo.
Rivadavia asumió el 8 cuando aún no existía una Constitución.
Había sido una designación bajo el apremio de las circunstancias.
En 1825 se sancionó una Ley Fundamental que creó el Poder Ejecutivo Nacional Provisorio delegando en el gobernador bonaerense las relaciones exteriores.
Pero las cosas se precipitaron con la ocupación brasileña de la Banda Oriental, en el marco de su expansión imperial que incluía la amenaza sobre la Mesopotamia.
Apenas asumido, Rivadavia avanzó con el proyecto de crear una capital nacional y para ello la fijó en la actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires y sus alrededores.
Como presidente tuvo como principal responsabilidad frenar la expansión brasileña.
Renunció a su cargo el 27 de junio de 1827, tras descubrir que el canciller Manuel García había entregado en sus negociaciones la Banda Oriental al enemigo.
El 7 de febrero de 1826 el Congreso argentino nombró como primer presidente de la República a Bernardino Rivadavia.
La historia también es noticia. Radio Perfil.
Locución de Pita Fortín y guion de Sebastián Rojas.
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