En 1947 y con tan solo 27 años, comenzó a trabajar en la entidad financiera, que funcionaba por aquel entonces como “caja fuerte” de la diócesis de Milán.
Calvi siempre tuvo la intención de ascender en las distintas jerarquías del banco, por lo que en 1971 llegó al puesto de director general y para 1975 era su presidente.
Bajo su gestión, el Banco Ambrosiano estableció importantes lazos financieros con el Instituto para las Obras de Religión, pero para principios de los 80, se encontraba al borde de la insolvencia e incapaz de explicar la procedencia de casi 1.300 millones de dólares.
Tal situación motivo al financista italiano a enviarle una carta al papa Juan Pablo II, en la que le advirtió sobre la “catástrofe de inimaginables proporciones” que significaría el colapso de esa institución bancaria para el Vaticano.
Durante años, hubo numerosas transferencias de dinero desde el Banco Ambrosiano hacia el Banco Vaticano que era, además, el principal accionista del banco dirigido por Calvi.
El 10 de julio del 82, el llamado “banquero de Dios”, debido a la estrecha relación que mantuvo con la Santa Sede, abandonó el departamento que habitaba en Roma en donde cumplía prisión domiciliaria por delitos fiscales.
Se afeitó el bigote y, haciendo uso de un pasaporte falso expedido a nombre de Gian Roberto Calvini, viajó a Venecia. Desde allí contrató un vuelo privado hacia Londres donde se desconoce dónde y con quién estuvo.
El 18 de junio de 1982, a las 7 y media de la mañana, un empleado postal que cruzaba el puente Blackfriars Bridge de Londres, encontró el cuerpo inerte de Calvi, colgando de un andamio sobre el río Támesis, con ladrillos en los bolsillos y con miles de dólares en efectivo.
Tras el hallazgo, la policía británica llevó a cabo una investigación forense, llegando a la conclusión de que se había tratado de un suicidio.
Sin embargo, los familiares del banquero italiano, en desacuerdo con el resultado, contrataron a un detective para investigar un posible asesinato.
No fue hasta julio de 1991 cuando se obtuvieron nuevas pistas a partir del testimonio de Francisco Mannoia, un mafioso convertido en informante, quien aseguró que Calvi había sido asesinado por miembros de la camorra napolitana.
Hasta el día de hoy, no se sabe exactamente lo que sucedió, pero casi todos coinciden en que Calvi siempre vivió al límite, vinculado a la masonería, lavando dinero de la mafia y financiando operaciones militares y candidatos políticos.
Una vida llena de misterios que mereció tener su propia película.
El 18 de junio 1982 apareció ahorcado en Londres el presidente del Banco Ambrosiano, Roberto Calvi.
La historia también es noticia. Radio Perfil.
Guión de Javier Pasaragua. Locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil FM 101.9
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