Había viajado al Reino Unido para someterse a una operación de columna y como en Chile era senador vitalicio supuso que gozaba de inmunidad diplomática.
La salida del dictador en un viaje privado a Europa y sin haber avisado a las autoridades inglesas fue aprovechada por el juez español Baltasar Garzón, quien emitió inmediatamente una orden de detención internacional a través de Interpol. El objetivo era extraditarlo a España por la desaparición de 79 españoles en el marco del Plan Cóndor, aplicado por las dictaduras cívico-militares en América Latina en los 70.
Al momento de su detención, Pinochet estaba ingresando a una clínica privada de la capital británica donde se recuperaba de una operación de hernia de disco. Ante esta situación, el presidente chileno Eduardo Frei, presentó una protesta formal ante el gobierno británico, por lo que consideró una violación de la inmunidad diplomática del senador.
Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, se negó a comentar la detención, por considerar que el asunto dependía de la Policía y de la justicia y no de una decisión política. En el mismo sentido se expresó el gobierno español a través de su canciller Abel Matutes. Hasta el presidente de Cuba, Fidel Castro, se sorprendió por la noticia de la detención.
En tanto, en Chile y en Londres se realizaron marchas a favor y en contra de la detención del dictador. Sebastián Piñera, en ese momento precandidato presidencial, reclamó el respeto por la autonomía y soberanía de Chile. Pinochet estuvo detenido más de 500 días y finalmente el Reino Unido no autorizó su traslado; sin embargo, el pedido de Garzón marcó jurisprudencia internacional sobre los crímenes de lesa humanidad.
En mayo de 2000, dos meses después del regreso del dictador a Chile, la Corte de Apelaciones de Santiago aprobó su desafuero como senador vitalicio. De esta forma, pudo ser investigado y procesado por la Justicia de su país aunque finalmente fue sobreseído por problemas mentales.
La detención de Pinochet mostró que los jueces pueden actuar contra responsables de violación a los derechos humanos de terceros países y ofreció esperanza a las víctimas a buscar Justicia en tribunales extranjeros.
El 16 de octubre de 1998 la Policía británica detuvo en Londres al dictador chileno Augusto Pinochet. La historia también es noticia en Radio Perfil.
Locución Pita Fortín
Guion Javier Pasaragua
Edición Vito Napolillo
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