Fue fundada, dos años antes, como “Biblioteca Pública de Buenos Aires” en el marco de la Revolución de Mayo, a partir de un decreto de la Primera Junta y por iniciativa de Mariano Moreno. En 1812, abrió sus puertas al público en la sala de un edificio que se encontraba en la esquina de las calles Moreno y Perú, dentro de la zona que actualmente se conoce como “La Manzana de las Luces”.
Sus primeros libros fueron donados por instituciones como el Cabildo Eclesiástico o el Real Colegio San Carlos, y por particulares como el obispo Manuel Azamor y Ramírez y Manuel Belgrano, entre otros. Sus primeros bibliotecarios fueron los sacerdotes Cayetano Rodríguez, Saturnino Segurola y Luis Chorroarín al que le siguió Manuel Moreno, hermano de Mariano.
En 1823, la biblioteca ya contaba con más de 17 mil volúmenes al que se le sumó una gran cantidad de material traído desde el extranjero por Vicente Gaspar Quesada quien también realizó, en su carácter de director, mejoras en la infraestructura. Estos constantes avances posibilitaron el acercamiento de miles de nuevos lectores que, para 1882, tenían a su disposición más de 32 mil libros.
Dos años después, la Biblioteca Pública se convirtió oficialmente en Nacional siendo su director en ese momento, el escritor y médico José Antonio Wilde, quien falleció al poco tiempo, siendo reemplazado por el historiador francés Paul Groussac.
Pero tal vez, el director más recordado fue el escritor Jorge Luis Borges quien, con una avanzada ceguera, se desempeñó en el cargo desde 1955 hasta 1973. Durante su gestión se promovió la construcción de una nueva sede más moderna y amplia, debido al importante patrimonio con el que contaba la Biblioteca Nacional por esos años.
En 1958, el Presidente Arturo Frondizi firmó un decreto en el que destinó fondos para la creación del futuro edificio que, finalmente, fue levantado en tres hectáreas ubicadas entre las avenidas del Libertador y Las Heras, y las calles Agüero y Austria. La actual sede de la Biblioteca Nacional fue proyectada y diseñada por los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga.
Cuenta con seis pisos, tres subsuelos para el depósitos de libros, nueve salas de lectura con una capacidad total de 940 lectores, un auditorio y una Escuela de Bibliotecarios. También tiene una enorme hemeroteca, considerada la más importante de Latinoamérica.
Las piezas más valiosas están alojadas en la Sala del Tesoro, que reúne once mil volúmenes, la mayoría perteneciente a los siglos XVI y XVII, entre los que se encuentra un folio de la Biblia de Gutenberg, el primer libro impreso, y veintiún ejemplares del siglo XV.
Guión de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil
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