De las 45 personas a bordo se salvaron 16, luego de 72 días de superviviencia extrema.
A ese accidente se lo conoció como “El milagro de los Andes”.
La historia comenzó en el aeropuerto de Montevideo, donde partió una aeronave con los jugadores del club Old Christians Rugby Club.
El destino era Santiago de Chile para jugar un amistoso. En el plan de vuelo, Mendoza fue una escala inevitable porque las condiciones meteorológicas no eran las mejores.
Luego, en el trayecto a Chile, el piloto se confundió y descendió cuando no correspondía en el medio de la cordillera. El Fokker F27 perdió sus alas, su cola y se estrelló contra un pico nevado de la Cordillera. Luego su fuselaje se deslizó 750 metros sobre una ladera cubierta de nieve congelada.
A partir de ahí, los 16 que se salvaron transitaron el drama y la supervivencia.
Con 30 grados bajo cero promedio, rodeados de nieve y viento glacial, los supervivientes oyeron por una pequeña radio que los buscaban. Pero no los encontraron.
Sin embargo, a las dos semanas de estar en el medio de la Cordillera, escucharon lo peor: los rescatistas los consideraban muertos y la búsqueda concluía.
Pero ellos se aferraron a su propia fe para mantenerse en vida, mientras comían lo poco que tenían a 4.200 metros de altura sobre el nivel del mar.
Al terminar los pocos alimentos saludables, tuvieron que comer gomina, cremas, remedios y hasta beber agua de colonia… Pero un día no hubo más nada para comer.
Ya sin la única radio que funcionaba, rodeados de desolación y tormentas, alguien decidió expresar lo que muchos pensaban: comer carne humana de los compañeros y amigos fallecidos, cuyos cuerpos estaban entre ellos.
A los 60 días del accidente, dos sobrevivientes decidieron salir del refugio a pedir ayuda, hartos del hambre y la indiferencia del mundo.
Fernando Parrado y Roberto Canessa iniciaron una expedición entre inmensas y heladas montañas. En el décimo día encontraron lo que deseaban: poder comunicarse con alguien y pedir socorro.
El desesperado grito de ayuda, que se transformó en una carta escrita por los sobrevivientes, fue recibido por Sergio Catalán Martínez, un arriero chileno.
El baqueano se encontraba al otro lado de un río, enfrente a los dos sobrevivientes que le transmitieron gestos de desesperación.
El arriero chileno, con el texto en su mano, recorrió 100 kilómetros a caballo hasta un retén de carabineros para contar la historia. No le creyeron que esas dos personas eran del equipo de rugbiers (ragbiers) uruguayos que hacía dos meses estaban considerados muertos. Entonces el arriero les mostró el manuscrito y, ante de la sorpresa de los oficiales, se activó el operativo rescate.
El 23 de diciembre de 1972, los 16 sobrevivientes dejaron su refugio del fuselaje en las alturas de los Andes para volver a la civilización.
El milagro de los Andes conmovió al mundo. Tanto que su historia extrema se contó en tres películas: “Supervivientes de los Andes”, “Viven” y “La sociedad de la nieve”.
La mayoría de los sobrevivientes continúa hasta hoy relatando esa increíble historia sin dejar de recordar a aquel arriero que los salvó, y que falleció a los 91 años en 2020.
El 13 de octubre de 1972 se estrelló un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya en la Cordillera de los Andes, donde se salvaron 16 rugbiers uruguayos. El hecho se lo conoció como “El milagro de los Andes”.
La historia también es noticia. Radio Perfil. Locución de Pita Fortín y guion de Andrés Ruíz.
por Radio Perfil FM 101.9
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