Thursday 25 de April de 2024
Perfil

Eduardo Feinmann, el "villano" más feliz del año que viene

PODCASTS | Por Edi Zunino | 27 de December 11:37

Debe ser el periodista que termina más feliz este 2021 y espera con más expectativas el 2022. El “villano perfecto” del periodismo político argentino fue papá en octubre y volverá en febrero a Radio Mitre, de donde se fue en 1997 para integrar la troupe de Daniel Hadad y ahora regresa nada menos que por la puerta enorme que dejó abierta Marcelo Longobardi. Claro que provenir de la misma escuela no le garantiza a Eduardo Feinmann –que de él e trata esta columna- mantener los números infernales que dejó su antecesor, pero su personaje viene curtido por un ascenso constante dentro del redituable campo de batalla que representa “la grieta” y con pergaminos de precursor en un género que años ha otros colegas de cuna “progre” despreciaban: el de la adjetivación sin concesiones como munición explícita para la toma de partido.

Entre ellos estaba, en primera fila, quien ahora tomará la posta de Feinmann todas las mañanas: Jorge Lanata. Para Feinmann eso tiene, por un lado, el sabor dulce de la venganza y, por el otro, el desafío de la consagración total. Ocupar el lugar de quien era el número 1 y darle el pase cotidiano a quien ahora lo es, porque era el 2, es un lugar de privilegio de esos que queman. Una cosa es juguetear a media mañana con Baby Echecopar en Rivadavia y otra con Lanata en Mitre. Más allá de que son sentidos del humor diferentes, el fundador de Página/12 es un rock-star. Por el momento, sólo se sabe que Lanata marcó la cancha poniéndole tiempos acotados a ese momento en que termina un programa y comienza el otro, porque había sido uno de los motivos de tensión con Longobardi. Al aire de Mitre, sólo Willy Kohan se mostró explícitamente contento con la llegada de Feinmann. Son como de la familia.

En ese punto, el recién llegado tiene un trabajo delicado extra. Pero las chances de que le vaya bien son altas. Pocos conocen ciertos atributos personales que no se le escapan al aire: Feinmann es un gran compañero de trabajo, educado, contenedor y solidario, aunque a veces el personaje le puede devorar en un solo tarascón esos modales que pueden rozar, por qué no, la dulzura.

Por otro lado, está claro que el Grupo Clarín convoca a Eduardo Feinmann porque sus posturas editoriales coinciden. Y está clarísimo que, para Feinmann, ser figura al mismo tiempo de Clarín y La Nación (en la tele) es como dar un paso de gigante hacia una silla muchísimo más vistosa en el llamado “círculo rojo”. De todos modos, no es el referente con pretensiones intelectuales que sí es Longobardi en el mundo del poder, sobre todo económico. Denle tiempo. No es Echecopar.

por Edi Zunino

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