Asumió como ministro de Economía apenas cinco días antes en los cuales ya había avanzado en 7 leyes y en el nombramiento de más de sesenta funcionarios entre secretarios, subsecretarios, directores del Banco Central y presidentes de empresas públicas.
Durante el anuncio, Martínez de Hoz habló más de dos horas.
Abarcó desde cuestiones globales, como la racionalización del sector público, hasta detalles, como el precio del sorgo granífero en el noroeste argentino.
El economista, formado en la Universidad de Cambridge, propició la liberación de precios, la eliminación de los tipos de cambio múltiples, el fin de las negociaciones paritarias y el rechazo al intervencionismo estatal en la economía.
El nuevo sistema supuso 3 pilares: apertura comercial, altas tasas de interés y libre entrada de capitales extranjeros.
Este nuevo modelo económico, basado en las ideas del paradigma monetarista reinante en el mundo, supuso el quiebre del modelo de sustitución de importaciones y el surgimiento de un proceso de especulación financiera que destruyó el aparato productivo.
De este modo, los capitales foráneos operaron de manera irrestricta en el mercado local obteniendo ganancias exorbitantes que luego eran reconvertidas al dólar, maniobra conocida como “bicicleta financiera”.
Ante la falta de divisas, la toma de deuda se convirtió en la herramienta para asegurar los dólares necesarios para los especuladores y las importaciones.
Para fines de 1981 el modelo ya mostraba su fragilidad
La crisis hizo eclosión al año siguiente cuando Estados Unidos decidió subir la tasa de interés y México anunció el default.
Esto provocó pánico financiero a nivel local que se tradujo en una corrida cambiaria y en una masiva salida de capitales.
El descalabro fue de tal magnitud que, en contra de los postulados de Martínez de Hoz, el Estado tuvo que salir al rescate.
Se intervinieron entidades financieras asumiendo la titularidad de los pasivos y se otorgaron créditos para cubrir los descubiertos creados por la fuga.
Finalmente, en diciembre de 1982, mediante el decreto 1603 el Banco Central se hizo cargo de la deuda externa del sector privado, asumiendo el pago de 17 mil millones de dólares de las más grandes empresas del país.
Al término de la gestión de Martínez de Hoz, la inflación acumulada superó el 9 mil por ciento, mientras que la cotización del dólar había aumentado un 744 por ciento.
Años después el ex funcionario de la dictadura fue detenido acusado de delitos de lesa humanidad.
De prácticamente no tener deuda externa, Argentina pasó a ser uno de los países más endeudados del mundo, con un monto que se había incrementado hasta los 45 mil millones de dólares.
El 2 de abril de 1976 José Alfredo Martínez de Hoz anunció el plan económico de la última dictadura cívico-militar.
La historia también es noticia. Radio Perfil. Locución de Pita Fortín y guion de Javier Pasaragua.
por Radio Perfil
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