En 1922, Thomas Stearns Eliot después de sufrir un colapso nervioso, da a luz al poema hito de la modernidad, La tierra baldía, The Wasteland. En solo unas pocas páginas, en 437 versos revoluciona el panorama de la poesía ocidental en lengua inglesa. Y este su famosísimo primer verso remite a todos los abriles, y a este nuestro abril de 2021 en el segundo año de la pandemia Covid 19.
Es interesante notar cómo generaciones y generaciones han citado este primer verso incompleto, ya que omiten el gerundio breeding, “haciendo brotar” que finaliza el verso, coma mediante en el original. April is the cruellest month, breeding / Abril es el mes más cruel, haciendo brotar. Esta omisión le quita el carácter ambiguo, lo vuelve un statement incompleto, menos especulativo, menos esperanzador. ¿Por qué sería cruel en 1922 el comienzo de la primavera? ¿Por qué a casi un siglo después es cruel este nuestro abril, acá en la República Argentina y en tantos otros centros urbanos, Jerusalen Athenas Alejandria Viena Londres dice el poema.
El comienzo del siglo XX, el siglo de los roaring twenties, los años locos, la década del despilfarro post Primera Guerra tenía su cara oscura y la poesía registra más allá de la superficie el drama latente de la existencia . Rolando Costa Picazo, uno de sus traductores dice: " La tierra baldía cambió el mapa poético de manera radical. Se trataba de un poema largo, algo poco común en ese momento; de hecho, constituía una vuelta a los poemas extensos de los siglos XVIII y XIX, con grandes diferencias , como la técnica de la yuxtaposición y la fragmentariedad, el uso de ecos y alusiones, y un despliegue de erudición que lo hacía particularmente difícil y oscuro (...) Es un poema de estructura cinematográfica, con dominio del montaje, o estructura musical, con recurrencia de imágenes y temas, como melodías que se repiten (...) El poema contiene viñetas narrativas, también descripciones, meditaciones, pasajes líricos, comentarios satíricos, citas de inmensa enciclopedia y una importante cuota de humor.
Casi un siglo después, este abril que se avecina es también cruel por los efectos desgastantes de la pandemia , pero deberá hacer brotar lilas en la tierra muerta, y pasada la pandemia iremos a tomar café y charlar, o visitaremos a una vidente y nos tirará las cartas del Tarot y nos haremos preguntas, de toda índole como las que atraviesan el poema. ¿Qué voy a hacer ahora? ¿ qué haré? /¿Me iré tal cual estoy a caminar por la calle?/¿ así con el pelo suelto? ¿ qué haremos mañana, qué haremos siempre? o nos dejaremos llevar por el ritmo de sus versos “ Dulce Thamesis, fluye suave hasta que termine mi canto/ El río no arrastra botellas, bolsas , cajas de cartón, pañuelos de seda, colillas/ ni otros testimonios de noches de verano/ Partieron las ninfas.” hasta la repetición de sus últimas tres palabras: Shantih, Shantih Shantih. Paz, Paz, Paz.
por Elisa Salzmann
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