Emily Dickinson (Archivo)
No tuve tiempo para odiar, poema 498 de Emily Dickinson
Letras en el aire, la columna de Elisa Salzmann en Radio Perfil FM 101.9
El poema 498 es uno de los 1773 poemas que escribió E. Dickinson en su hogar natal casi siempre en su dormitorio, en la mansión diríamos hoy o residencia de la familia Dickinson, The Homestead.
La vida literaria del siglo XIX en los Estados Unidos suele estudiarse como una época fundante y fecunda. Se la llama la era del Renacimiento Americano con sus vitoreados pesos pesados: R.W.Emerson, H.D.Thoreau, N. Hawthorne, H. Melville, W .Whitman. No es raro para la época que haya quedado excluida una mujer. Pero Emily Dickinson merece formar parte de ese dream team y agregar su diferencia. Ya en el siglo XX las feministas se encargaron de re ubicarla en el mapa de la literatura occidental. Emily nació en 1830 en una Massachussets profundamente calvinista, vivió con su familia en su amplia mansión - museo visitable por la web en estos tiempos pandémicos- en la ciudad de Amherst. El rasgo que une su poesía con la poesía moderna es un interés por hacer del poema un lugar de reflexión, a veces intrincadamente oscuro, otras veces como en el 498, más claro y comprensible.
Es famosa una carta entre ella y su editor Thomas Wentworth Higginson en la que él le pide que deje de rimar en sus versos, que se aparte del sonsonete de la rima. Recordemos que ya Walt Whitman estaba rompiendo a sablazos con estrofas rimadas e instalando el verso libre de una vez y para siempre. Y ella muy elegantemente y - por carta - se niega a hacerlo. La negación, negarse a seguir ciertos parámetros impuestos por la sociedad heteropatriarcal será parte de su ideología, educada en la primera universidad para mujeres, Emily condensará en su poesía todo tipo de conocimientos: literarios, históricos, sociológicos, físicos, geográficos y los someterá a una nueva mirada, a una nueva manera de ver ese- su mundo en guerra. La trágica guerra de Secesión lleva a Emily a escribir en su annus mirabilis entre 1882 y 1883, más de trescientos poemas y el 498 es uno entre tantos asombrosos poemas que están a disposición de los lectores ávidos de preguntas y de poesía.
No tenía tiempo para Odiar
porque la Tumba Me lo impedía
y la Vida no
bastaba
para concluir la Aversión
Tampoco tenía tiempo para Amar
pero puesto
que alguna Ocupación ha de haber—
el pequeño Esfuerzo del Amor
pensé,
era lo bastante grande para mí
traducción de Alvaro Torres Díaz.
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