En 1984 el presidente argentino, Raúl Alfonsín, ordenó el encarcelamiento del general Ramón Camps como responsable de la desaparición de miles de personas durante la última dictadura.
A través del decreto 280, Alfonsín recurrió a las leyes de la Constitución para dictaminar la prisión de uno de los “chacales” del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” que gobernó entre 1976 y 1983.
Ramón Camps fue el jefe de la bonaerense en 1976, y a partir de 1977 fue el máximo responsable de la Policía Federal hasta 1979. En ese período, diseño, articuló y ejecutó un sistema de censura, tortura, desaparición y muerte de muchísimas personas. Pero, la provincia de Buenos Aires fue su coto de caza.
Hasta el último día de su vida, el 22 de agosto de 1994, nunca mostró arrepentimiento por esos crímenes ya que se justificaba diciendo que había “servido a la Patria”.
Sin embargo, en democracia Camps tuvo que declarar en la Justicia. Su alegato final fue el 2 de diciembre de 1986 ante los jueces de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Correccional y lo Criminal de Buenos Aires. Dos años antes del juicio, sus colegas militares le habían dispuesto a la prisión preventiva rigurosa. En el amanecer de la restauración democrática, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas le aplicó esa pena. A su vez, la Justicia lo incriminó de ser autor responsable de 214 privaciones ilegales de la libertad calificada, 356 tormentos, 24 robos con armas, una privación ilegal de la libertad y 5 sustracciones de menores.
También fue acusado de un aborto sin consentimiento, un secuestro extorsivo, un caso de lesiones graves, un homicidio calificado y un tormento seguido de muerte. Quedó claro que el sistema de represión ilegal de la dictadura tenía olor a Camps.
Fue tan así que su aparato represivo en la Provincia de Buenos Aires fue conocido por el nombre de él, “El circuito Camps”. Ese circuito lo conformaba una red de 29 Centros Clandestinos de Detención y Tortura, la mayoría de ellos ubicados en dependencias de la propia policía bonaerense. Ahí estuvieron detenidas ilegalmente miles de personas. De muchas de ellas jamás se conoció su paradero.
Visceral antisemita, secuestro y torturó al periodista Jacobo Timerman y a la familia del empresario David Graiver. Junto al Juicio a la Junta Militar en 1985, Camps también fue juzgado. En su caso en 1986. Su condena fue a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad. Sin embargo, hubo una decisión política sobre la justicia argentina que movilizó la conciencia en el país. Una decisión que fue un antes y después en la moral de los argentinos.
El 30 de diciembre de 1990, el presidente Carlos Saúl Menem firmó el indulto que dejaba en libertad a todos los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Camps murió en libertad en 1994.
El 19 de enero de 1984 el presidente argentino, Raúl Alfonsín, ordenó el encarcelamiento del general Ramón Camps.
La historia también es noticias. Radio Perfil.
Guión de Andrés Ruiz. Locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil F.M 101.9
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