En los últimos días recorrió el mundo la imagen de Drayke Hardman, un chico estadounidense de 12 años, que se suicidó tras sufrir bullying. Este hecho y además de conmover y movilizar a todos, activó nuevas alarmas y reflexiones sobre cómo combatir este tipo de acoso, y la necesidad de generar conciencia sobre el bullying y sus alcances.
En Argentina erradicar y lidiar con el bullying sigue siendo una tarea pendiente. Contamos con la Ley para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas, lo que reduce este tipo de conductas únicamente a los colegios y sitios de educación, pero el bullying es mucho más complejo.
Esta ley establece como principios orientadores el marco de la convivencia sobre los derechos del niño y otras normas que protege la niñez, el respecto irrestricto a la dignidad e identidad de las personas, el reconocimiento de los valores, creencias e identidades culturales de todos, el respeto y la aceptación de las diferencias, el rechazo a toda forma de discriminación, hostigamiento, violencia y exclusión en las interacciones entre los integrantes de la comunidad educativa, incluyendo la que se produzca mediante entornos virtuales y otras tecnologías de la información y comunicación, entre otros puntos.
Juan Bautista Torres López analiza si alcanza con el actual marco jurídico para combatir el bullying, cómo el bullying puede cruzar la frontera de los colegios y si es necesaria una figura penal que lo trate y combata en su columna para Radio Perfil F.M 101.9.
por Juan Bautista Torres López
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