Friday 3 de May de 2024
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Sian Lazar: "El sindicato construye los valores en común"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 28 de April 12:00

La antropóloga británica, profesora de la Universidad de Cambridge, especialista en el movimiento sindical de la Argentina y los movimientos sociales en América Latina, analiza la relación de los sindicatos con el peronismo y, a la vez, los compara con la actual situación de los sindicatos en Inglaterra y el desprestigio que han sufrido en las últimas décadas.

¿Cómo se construye un sindicalista en la actualidad, cuando las relaciones laborales, los salarios, el mercado laboral en general, pero sobre todo para las generaciones más jóvenes, se ha precarizado, modificado, con nuevas formas de relaciones laborales más lábiles. 
Es una buena pregunta porque estamos acostumbrados a pensar en el sindicalismo partiendo de una idea del protagonismo laboral que tiene que ver con el trabajo industrial, pero obviamente en realidad son muy variadas las formas de trabajo sindicalizado. Entonces creo que construir un sindicalista hoy no es tan diferente de como fue ayer. Consiste en los dos procesos que identifico en mi libro, por un lado la contención y por otro lado la militancia. Estos son procesos sociales de construir una identidad colectiva e individual que se basan en la acción cotidiana y la experiencia histórica, que es a la vez intergeneracional. Entonces no hay que olvidar los momentos excepcionales de la lucha y protesta, pero se basa más en lo cotidiano. Los empleados públicos son mi campo de investigación, pero sé que hay procesos similares en varios sindicatos, por ejemplo de la economía popular, con los jóvenes, con esas nuevas formas de relaciones laborales. 

En su página personal usted dice que los sindicatos argentinos “son un campo fascinante, en parte debido al apoyo del movimiento peronista”, ¿por qué resulta tan interesante el estudio del movimiento sindical, y qué encontró allí en esa relación entre el peronismo y los sindicatos? 
El peronismo da una filosofía o un espacio de autorreflexión sobre qué es la organización, qué es organizarse. Y que los y las sindicalistas peronistas piensen en qué están haciendo y cómo lo están haciendo, entonces eso es algo muy lindo para una antropóloga, porque te cuentan su filosofía, su actuación. Entonces, obviamente los militantes trotskistas y de otros partidos también piensan en qué están haciendo, pero lo interesante del peronismo es en parte su progresismo centrista, pero también su heterogeneidad política y el hecho de que hay mucha gente que se considera peronista hoy, de toda opinión política, especialmente dentro de los sindicatos, entonces aún no peronistas tienen que definirse en parte teniendo en cuenta el peronismo. Es el peronismo y sus maneras de organizarse socialmente lo que dio al sindicalismo argentino su poder político. Viniendo del Reino Unido, esto me impresiona porque los sindicatos no tienen tanto poder político en mi país, para nada. Por eso me parece algo muy fascinante.

Usted dice que lo interesante del sindicato de los trabajadores del Estado es su heterogeneidad, porque dentro del Estado usted puede encontrar desde un ingeniero especializado hasta un minero, ¿qué encontró de común en la identidad del trabajador estatal entre los diferentes actores del sindicato, y si pudo encontrar alguna relación en sus diferencias con el trabajador del mundo privado? 
Esto fue una cosa que me dijeron varios sindicalistas estatales, especialmente en ATE. Y creo que es importante porque promociona heterogeneidad en sus discursos y sus materiales, sus publicidades y todo eso. Lo que tienen en común, y ahora estoy hablando tanto de la gente de UPC como de ATE, es una imagen de un Estado fuerte, con poder de actuar y de construir políticas públicas buenas. Ahora bien, se puede diferir en cómo se define una política pública buena, en el contenido de las políticas. Pero creo que la idea de que se necesita un Estado fuerte, con gente capaz e independiente de las facciones partidarias, esto tienen en común sean ingenieros, trabajadores administrativos y todo tipo de trabajador sindicalizado. 

¿Qué diferencia encuentra ahora entre el movimiento obrero sindical argentino y los sindicatos europeos? Por ejemplo, usted mencionó que en Inglaterra no tienen la fuerza que tienen en la Argentina, cuando en el pasado los sindicatos argentinos tomaban al laborismo como un ejemplo de lo que tendría que ser un partido de trabajadores y un partido orientado a los sindicatos. 
Los sindicatos de Inglaterra, en primer lugar, la diferencia más importante es el poder político que tengan hoy. Yo creo que en Argentina el movimiento sindical es un interlocutor por el gobierno, cualquier gobierno, sea peronista o no, es un interlocutor importante y de mucho peso. Aun los gobiernos de derecha tienen que tomarlos en cuenta porque tienen un poder de movilización básicamente, es lo más importante, y de negociación. Pero el poder viene del poder de convocatoria, de movilización. En Inglaterra es más fragmentado y más débil. Los sindicatos tienen un cierto poder con el Partido Laborista, pero no demasiado, porque la gente no vota por el partido si se ve demasiado aliado con los sindicatos. Ese ha sido un problema para el Partido Laborista desde los años 80 básicamente. Hubo un momento muy de despreciar a los sindicatos y al sindicalismo bajo Margaret Thatcher en los años 80, cuando crecí; fue muy fuerte. Entonces este desprecio cultural sigue y está fortalecida con ataques a la legislación, con los derechos del sindicalismo y del derecho de llamar a una huelga. Todo ese tipo de cosas. Lo que quiero decir es que en Inglaterra las leyes ahora para la acción sindical son muy duras. Es muy difícil organizar una huelga, por ejemplo, y hemos un poco perdido la historia de movilizarse mediante los sindicatos, particularmente en los lugares del país de clase media y clase media alta, en el sureste del país. Ahora bien, puede ser que esté cambiando un poco. Por ejemplo, ahora organizaron una votación para las y los enfermeros si quieren hacer paro, y eso es muy inusual para nosotros. Y hoy por hoy hay paros importantes de los trabajadores postales y en los ferrocarriles, las universidades también. Entonces un poco tiene que ver con la legislación por un lado, un sentido cultural por otro lado, y esa combinación los hace un poco más débiles que en Argentina.

¿Qué comparación, si usted pudo hacerla, entre el movimiento sindical argentino que se formó históricamente con la llegada del peronismo, el que luego se formó con el regreso a la democracia a partir de 1983, el proceso no tan extremo como el de Margaret Thatcher, pero en los 90 en la Argentina hubo con el menemismo un desprestigio de los sindicatos, y luego el kirchnerismo, que es el que usted estudió, encuentra, por lo menos en sus estudios antropológicos, capas geológicas distintas de sindicalismo? 
Tal vez no soy la persona indicada para hacer esa comparación. Sé que habrá que preguntarle más a uno de los sindicalistas que tienen su experiencia con los años 90 y de antes, o un historiador grande del sindicalismo, como por ejemplo el doctor Juan Carlos Torre. Pero hablando con sindicalismo estatal, me contaron un poco cómo fue durante el menemismo y el kirchnerismo, pero eso cambia de acuerdo a la posición política que tengan, obviamente. Pero tengo la sensación de que en cada período hay espacios de comunicación entre algunos de los sindicalistas y el gobierno. Y eso depende de la oportunidad política. Entonces, a veces hay que enfocarse más en las cuestiones pragmáticas del ambiente laboral. Hay momentos en que se puede presionar un poquito más y hay que defender los puestos de trabajo más fuertemente. Entonces creo que es una trayectoria distinta de varias posibilidades de apertura a políticas donde se puede actuar y también hay diferencias dentro del sindicalismo mismo en cuanto a las estrategias que hay que tomar en cuenta y a la acción, las posibilidades de actuar. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil.

por Jorge Fontevecchia

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