Friday 3 de May de 2024
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Raanan Rein: "Sea un populismo de izquierda o de derecha, pone obstáculos en el camino del pacto social"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 23 de August 14:51

El historiador y académico israelí centra sus investigaciones en la comunidad judía argentina y su relación con el peronismo, su tesis doctoral analizaba la alianza entre Franco y Perón y las relaciones entre Argentina y España durante la posguerra de la Segunda Guerra Mundial. En su libro “Los muchachos peronistas judíos” intenta derribar algunos mitos.

Hay algunas similitudes entre Israel y la Argentina, que me gustaría poner primero en contexto para entrar en los temas históricos. Por ejemplo, son dos pueblos de inmigrantes. 
Sí, es cierto. Me parece que entre las distintas similitudes este es el rasgo común más importante. En los dos casos estamos hablando de sociedades que están en un proceso permanente de negociación acerca de su identidad colectiva, acerca de a quién incluir, a quién excluir, de esta nueva nación que se está formando, y por eso ambos países tenían que enfrentar algunos desafíos comunes. En ambos casos estamos hablando de sociedades que insistían acerca de su particularidad en medio de la región en donde viven. Por lo menos durante mucho tiempo, en la Argentina las élites se consideraban más una prolongación de la cultura europea, aquí en Sudamérica, no necesariamente parte integral de esta región. Lo mismo pasaba en el Estado de Israel, que también se consideraba más relacionado con el mundo europeo, con el mundo de Occidente y no con el mundo musulmán del Medio Oriente. Así que, para mí, estos dos rasgos comunes son los más importantes. 

Un problema de identidad colectiva y una extraterritorialidad, como una forma relación con la geografía y el tiempo.
Exacto. Me gusta la forma en que lo define. Sí, estamos hablando de una negociación permanente. En algunos momentos, algunas corrientes dentro de la sociedad enfatizan un aspecto u otro, y eso tiene que ver con migraciones de distintos grupos étnicos, con las relaciones con los países vecinos, etcétera.

Hay algunas similitudes entre Israel y la Argentina, que me gustaría poner primero en contexto para entrar en los temas históricos. Por ejemplo, son dos pueblos de inmigrantes. 
Sí, es cierto. Me parece que entre las distintas similitudes este es el rasgo común más importante. En los dos casos estamos hablando de sociedades que están en un proceso permanente de negociación acerca de su identidad colectiva, acerca de a quién incluir, a quién excluir, de esta nueva nación que se está formando, y por eso ambos países tenían que enfrentar algunos desafíos comunes. En ambos casos estamos hablando de sociedades que insistían acerca de su particularidad en medio de la región en donde viven. Por lo menos durante mucho tiempo, en la Argentina las élites se consideraban más una prolongación de la cultura europea, aquí en Sudamérica, no necesariamente parte integral de esta región. Lo mismo pasaba en el Estado de Israel, que también se consideraba más relacionado con el mundo europeo, con el mundo de Occidente y no con el mundo musulmán del Medio Oriente. Así que, para mí, estos dos rasgos comunes son los más importantes. 

Un problema de identidad colectiva y una extraterritorialidad, como una forma relación con la geografía y el tiempo.
Exacto. Me gusta la forma en que lo define. Sí, estamos hablando de una negociación permanente. En algunos momentos, algunas corrientes dentro de la sociedad enfatizan un aspecto u otro, y eso tiene que ver con migraciones de distintos grupos étnicos, con las relaciones con los países vecinos, etcétera.

¿A usted le parece que la inflación, primero, también en esa puja distributiva, podría estar relacionada con esa crisis de identidad? 
Creo que sí, porque para llegar a un consenso cada sector debe sacrificar un poco. Debe estar dispuesto a dejar de lado algunas de sus demandas, y para eso tiene que sentirse parte integral de la sociedad. Si alguna clase social, algún grupo étnico, o religioso se siente algo marginal, no va a entrar en un pacto de este tipo. Por lo tanto es precisamente esta polarización política y social que genera el populismo, sea de izquierda o de derecha, que pone obstáculos en el camino de conseguir algún consenso y algún pacto social. 

¿Asocia el populismo a la división? ¿Como herramienta, el populismo necesita dividir, que no haya consenso para reinar?
Sí. Hay populismos de distintos tipos. Me parece que sería erróneo poner en la misma categoría a un populismo de derecha, xenófobo, racista en Europa, y un movimiento populista latinoamericano caracterizado por su política de inclusión social, por ejemplo. Sin embargo, en ambos casos necesitan siempre algún enemigo, real o imaginario, para generar esta pasión por el partido gobernante, el líder gobernando. Y una vez que se crea esta posición, empieza el discurso de nosotros y los otros, la patria y la antipatria, los vendepatria y los que defienden los intereses nacionales. 

¿A usted le parece que la inflación, primero, también en esa puja distributiva, podría estar relacionada con esa crisis de identidad? 
Creo que sí, porque para llegar a un consenso cada sector debe sacrificar un poco. Debe estar dispuesto a dejar de lado algunas de sus demandas, y para eso tiene que sentirse parte integral de la sociedad. Si alguna clase social, algún grupo étnico, o religioso se siente algo marginal, no va a entrar en un pacto de este tipo. Por lo tanto es precisamente esta polarización política y social que genera el populismo, sea de izquierda o de derecha, que pone obstáculos en el camino de conseguir algún consenso y algún pacto social. 

¿Asocia el populismo a la división? ¿Como herramienta, el populismo necesita dividir, que no haya consenso para reinar?
Sí. Hay populismos de distintos tipos. Me parece que sería erróneo poner en la misma categoría a un populismo de derecha, xenófobo, racista en Europa, y un movimiento populista latinoamericano caracterizado por su política de inclusión social, por ejemplo. Sin embargo, en ambos casos necesitan siempre algún enemigo, real o imaginario, para generar esta pasión por el partido gobernante, el líder gobernando. Y una vez que se crea esta posición, empieza el discurso de nosotros y los otros, la patria y la antipatria, los vendepatria y los que defienden los intereses nacionales. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil.

por Jorge Fontevecchia

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