Friday 26 de April de 2024
Perfil

Por qué está campaña electoral, más que una campaña sucia, es una campaña suicida

PODCASTS | Por Gustavo González | 12 de July 10:22

El presidente le pidió disculpas a Bolivia por el “armamento” que Macri habría envidado para apoyar el golpe y reprimir al pueblo. Podría haber dicho que la Justicia investigará esas denuncias, pero decidió dar por culpable a su antecesor. Con la lógica de que al Mal solo se lo puede reconocer y condenar, decidió ejecutarlo en menos de 24 horas. Que es la misma lógica sumarísima que aplican los que consideran que el Mal es él.

Que cada presidente argentino se postule como la encarnación del Bien frente al Mal anterior nos exhibe ante el mundo y ante nosotros mismos como un caso exitoso de fracaso. A prueba de resistir cualquier tipo de confianza sustentable en el tiempo.

Días atrás, fue la vicepresidenta la que describió al monstruo macrista: “En el fondo no quieren a la Argentina, odian a los argentinos y no lo quieren decir, no se pueden ir porque ganan mucha plata y les conviene que todo siga mal”.

Gregorio Dalbón, el abogado de Cristina, anticipó que a Macri le podría caber la pena de prisión perpetua por el delito de lesa humanidad. La misma acusación por “lesa humanidad” hizo ese día el ex embajador del macrismo en China, Diego Guelar, pero denunciando a Fernández por las personas que mató al no comprar vacunas Pfizer.

La banalización de ese delito en un país que sí atravesó crímenes de lesa humanidad ejemplifica cómo la grieta consiguió degradar el debate público, a la clase política y al pensamiento crítico.

Así como para el Gobierno y una parte de la sociedad Mauricio Macri es el Mal, para Macri y otra parte de la sociedad, ellos son el Bien.

Eso es lo que cuenta el ex presidente por el mundo: el Mal gobierna la Argentina, convertida en un país en el que “tenemos que pedir permiso para salir a caminar, pasear el perro y qué es lo que se puede comer”, en donde se “avasallan las libertades y se viola la Constitución”, lo que genera “un éxodo como no se ha visto nunca en la historia”. El Mal, según Macri, es Alberto Fernández, un “criminal que eligió solo una vacuna, la Sputnik, porque es la que coincide ideológicamente, cuando está en juego la vida de la gente”.

Si hace un año había esperanzas de que una situación extrema como la pandemia y las miles de muertes que ella provoca fueran capaces de aportar un shock de madurez, hoy esa esperanza se diluye. Todo parece válido en medio de esta carrera electoral. Más que una campaña sucia, es una campaña suicida.

por Gustavo González

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