La foto que Mauricio Macri subió a sus redes, sonriendo junto a Donald Trump en Palm Beach, simboliza mucho más que la foto de dos ex presidentes y sigue teniendo fuertes repercusiones en la interna opositora.
Tras su controvertida presidencia y su escandaloso final, no tantos elegirían hoy sacarse una foto con Trump y promocionarla en sus redes. Quizá Putin y Bolsonaro. O su otro admirador argentino, Javier Milei. Pero no muchos más.
Que Macri haya considerado que Trump lo prestigia y lo posiciona políticamente aquí y en el exterior, indicaría que, o él tiene una imagen distorsionada de su ex colega, o es un adelantado que piensa que el mundo y la Argentina pronto volverán a girar hacia ese tipo de liderazgos.
Esto último es lo que, precisamente, los expertos comunicacionales que lo guiaron al poder en 2015, le están susurrando a la interna del PRO.
Todavía no se trata de estudios de campo, sino del feeling de estos consultores que siguen con atención algunos fenómenos regionales y, en particular, a Javier Milei.
Están convencidos de que, si los candidatos de Juntos por el Cambio no se “actualizan”, tendrán problemas para derrotar a Miliei. Lo ejemplifican diciendo que Rodríguez Larreta necesita algo así como "ponerse pelo y despeinarse después.” Lo que quieren decir es que se debe descontracturar.
Estos históricos consultores electorales del macrismo temen que de lo contrario no le alcance con su imagen de "buen administrador, trabajador y serio" para ganar en 2023. ¿Será esta recomendación la que llevó a Macri a mostrarse con Trump?
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por Gustavo González
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