Friday 3 de May de 2024
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Pablo Gerchunoff: "La libertad es una utopía necesaria para poder conversar, la igualdad también"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 29 de December 16:00

El economista, ensayista e investigador, especialista en historia económica en general, pero particularmente estudioso de las políticas económicas aplicadas en la Argentina a lo largo de su historia, reflexiona y analiza el ascenso y triunfo de uno de los presidentes más disruptivos que tuvo nuestro país, por la transversalidad de sus votantes, la época tan lejana en nuestra historia a la que invoca desde que surgió el personaje Javier Milei, que supo conjugar el grito de libertad de la pandemia con la crisis económica.

Dijiste que Alfonsín supo capturar el espíritu de su época, también Menem y Néstor Kirchner, ¿creés que Javier Milei sigue esa línea y también está capturando el espíritu de la época? 
Lo primero que diría es que es una época que cambia muy vertiginosamente. De manera que puedo casi decir con seguridad que capturó un instante, un momento de enojo de la sociedad claramente, de hastío de la sociedad. No sé si fue porque realmente tuvo la inteligencia y la intuición para capturarlo. O a veces lo que ocurre, por ejemplo, con Alfonsín ocurrió eso, simplemente convicciones de siempre se cruzan con la época, tanto que alguien captura, sino que un pensamiento pertinaz se cruza con la realidad. Y yo creo que desde la pandemia para aquí el grito, porque no lo podría llamar de otra manera, el grito de Milei, se cruzó con una percepción, una sensación, un enojo de la sociedad. 

En el reportaje anterior habíamos hablado algo que es característico de tu pensamiento: las dos nostalgias de la Argentina, la de 1945, peronista, y la de 1910, del Centenario podríamos decir, la nostalgia más conservadora. Ahora, el discurso de Milei nos retrotrae en el tiempo más a la nostalgia del siglo XIX, primero de los años 80, y después hasta de la generación del 37. 
Ha llegado la generación del 37. 

¿Qué significa ese ir a la búsqueda cada vez de un pasado más anterior, tratando de encontrar un nuevo faro?
Lo que te voy a decir no tiene nada que ver con el gobierno de él porque cuando uno llega al gobierno cambia muchísimo, pero ese énfasis que pone en el siglo XIX y la convicción con que él transmite la idea de que todo se empezó a descomponer en la Argentina, a veces dice cien años, a veces dice más de cien años, revela un espíritu reaccionario. No es una calificación, es una manera de pensar la realidad y es una nostalgia de un pasado remoto. En el caso de él, nunca hemos visto a alguien que piense en términos tan remotos como ideal. Y cuando digo reaccionario, lo que me gustaría transmitir es que cuando se dice más de cien años, se dice Yrigoyen. 

Y el voto universal. 
Exactamente. Y cuando se dice Yrigoyen, se dice el voto secreto, obligatorio y universal masculino. En ese sentido creo que él transmite una cosa que está presente siempre en el pensamiento libertario, que es cierta, no total y no en todos, cierta desconfianza respecto a la democracia. Porque los socialdemócratas o los socialistas decían que la realidad de desigualdad se parecía a un zorro en el gallinero, y el zorro se podía comer todas las gallinas. Si yo no me acuerdo mal, Benjamin Franklin, que tenía bastante de libertario, decía lobo entre las ovejas, pero se refería más bien al lobo como la democracia, y las ovejas que tenía la obligación de defenderse. Es decir, la discusión sobre la democracia es muy intensa en el siglo XIX y en el siglo XX, y nosotros llegamos tarde en 1912 a la reforma del sufragio libre. Antes estaba muy en veremos y vale la pena tener en cuenta que alguien a quien Milei mencionó en su discurso en las escalinatas del Congreso, estoy hablando de Julio Argentino Roca, estuvo en contra de la ley Sáenz Peña, no estaba a favor. Y después peleó contra los efectos de la ley Sáenz Peña, contra los efectos de ampliación de la participación democrática en la vida pública de una masa cada vez mayor. Milei es honestamente eso. Y la pregunta que tenemos que hacernos es hasta qué punto eso no se conecta con el presente. Uno tiende a tener una mirada lineal sobre la historia y creer que el pasado quedó atrás, el presente es el presente y el futuro será distinto. Y quizá no, quizá en el futuro hay algo muy parecido al pasado y quizá él lo está sabiendo capturar. 

Resulta al mismo tiempo contradictorio con su actitud más populista en su manera de conducirse con las masas, que no sería típico de un elitista, aquel que desconfiara del pueblo, pareciera que, por el contrario, confía en la masa, en el pueblo como su verdadera fuente de empuje.
Eso es completamente cierto. Te diré que si en lugar de poner las palabras que vos pusiste ponemos la palabra personalismo en la relación con la sociedad, con la gente, con las masas, Roca también era bastante populista, si queremos usar esa palabra que no era de la época.

Como un paternalismo conservador. 
Exactamente. En ese sentido él es un personaje novedoso, es un personaje que nos trae las ideas libertarias, si querés las ideas de la libertad, se puede discutir. Nos trae las ideas libertarias sobre una base social que lo ha apoyado, que, como todos ya hemos visto con perplejidad, es una base transversal, y en ese sentido hay un abismo entre él y Macri. Macri es un personaje del círculo rojo, Milei es un plebeyo, a diferencia de Roca también. En ese sentido, Milei es un personaje del siglo XXI y tenemos que volver a preguntarnos, quizá está capturando un espíritu de la Argentina al terminar el primer cuarto del siglo XXI. 

Algo que me parece fundamental para ponernos de acuerdo para seguir el reportaje, dijiste libertarios y habrá que discutir si es liberal, vos te calificás liberal de izquierda, un liberal político como se entiende en el mundo anglosajón, ¿podrías compartir con nuestra audiencia, lo más didácticamente posible, la diferencia entre un liberal, lo que se entiende por neoliberal y un libertario?
Lo primero que hay que decir es que el liberalismo tiene demasiadas subescuelas. Y con esas tres que mencionaste quizá no sea suficiente. Liberal clásico es Locke, y liberal clásico quiere decir, el Parlamento como expresión de la burguesía, y la burguesía en ese momento era fuerza progresista que peleaba contra el absolutismo. Era en ese sentido un avance de la sociedad y de la inclusión. 

Podríamos decir entonces que cuando uno coloca la propiedad en aquel contexto era porque el rey, y antes el señor feudal, se quedaba con la propiedad de las personas, por lo tanto la propiedad era un elemento revolucionario. 
Absolutamente, primer punto. Y segundo punto, en la manera en que lo piensa Locke, la propiedad era de todos. Todos los ciudadanos tenían acceso a la propiedad. Es decir, a él no se le pasaba conceptualmente por la cabeza la idea de que podía haber un ciudadano que no fuera a la vez propietario. Eso con el tiempo fue cambiando y uno podría volver incluso a tomar el pensamiento de Locke como progresista, y pensar algo que en general no piensa el liberalismo conservador. Y es que los derechos de propiedad pueden expandirse, quiere decir que la propiedad no es un coto cerrado. Por ejemplo, vamos a usar el lenguaje de Javier Milei, si uno dice “el Ministerio de Capital Humano, Salud y Educación”, está reconociendo la posibilidad de que puede expandirse el capital y expandirse la propiedad en un sentido distinto a la propiedad de la tierra, por ejemplo. 

Que es finita, por antonomasia.
Claro. Es una expansión de la propiedad, entonces, cuando uno dice Locke está diciendo eso. Cuando uno dice Stuart Mill está diciendo eso y lo está diciendo todavía más allá, porque en Mill hay en algún momento una idea también de expropiación, por ejemplo, el impuesto del 100% sobre la herencia. Es toda una corriente que parte de Locke, podemos hacerla pasar por Hume, que es liberalismo clásico, liberalismo que con un poco de esfuerzo podemos incorporarlo a nuestras ideas como ideas progresistas. El neoliberalismo es una reacción, a mi juicio, bastante mediocre en términos económicos, no diría tanto a Keynes, diría es una reacción contra Roosevelt, es una reacción contra el estatismo rooseveltiano. También, en términos académicos, es una reacción contra Keynes y contra quienes pensaban como Keynes, Irving Fischer, por ejemplo. Te confieso que me interesa bastante, quiero decir, los que estamos interesados en eso, leer a Hayek es un placer, es interesante e invita todo el tiempo a la discusión.

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil 

por Jorge Fontevecchia

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