Friday 26 de April de 2024
Perfil

¡Ni yanquis ni marxistas: periodistas!

PODCASTS | Por Edi Zunino | 03 de March 12:16

Hace un año, el Covid-19 llegaba por primera vez al país desde Roma en el vuelo AZ680 de Alitalia. Ya pasamos los 2.100.000 contagiados y los 52.000 muertos, que, aun en un momento de baja, se siguen sumando de a ciento y pico por día. Hace un año estábamos pésimo y ahora estamos, obviamente, peor en materia económica y social. El mundo se cayó, no sólo la Argentina.

En materia política se hizo lo que se fue pudiendo en todos los niveles para atravesar la pandemia y sus daños colaterales, que, de paso, evidenciaron y agravaron todas las endebleces y agujeros negros estructurales e institucionales acumulados durante décadas de caer en picada. Parecía ser una buena oportunidad para dejar de hacer siempre lo mismo y aprovechar el año electoral para discutir algo más que los cargos legislativos en disputa. Pero la dirigencia -toda la dirigencia- claudicó una vez más ante la dinámica propia de la lucha por el poder y ya está metida de cabeza en el griterío de campaña, sin medir, claro que no, lo efectos que puede generar incluso en la salud mental de una sociedad muy estresada por el miedo y la incertidumbre y que persigue cosas tan básicas como sustento y vacunas.

Mientras Patricia Bullrich acusa de soviético al Gobierno y el Gobierno acusa al macrismo de haber sido bancado por Donald Trump vía créditos del FMI, gran parte de los medios y periodistas se alínean en la comodidad cómplice de una guerra fría de mentirita que sólo reaviva los más bajos instintos ciudadanos y convierte el debate de ideas en un conventillo de cuarta. Si el concepto de ciudadanía se reduce a saber apretar el botón rojo o el azul, ni siquiera responderá a la categoría moderna de electorado, ya que, de un modo u otro, sólo se estará adiestrando autómatas para decir, hacer y “elegir” lo que se les ordena.

El periodismo debería tener algo importante que hacer, mucho más que calentar la pava o la cafetera, ante esta teatralización extemporánea de unos “yanquis” y unos “marxistas” que además no lo son. Se trata de un embrollo en el cual pesan muchísimo las palabras y las imágenes y donde nada indica que el autoritarismo interno y el chupamedismo externo hayan dejado de existir. Es más, existen, coexisten, se superponen y están en el ADN tanto del oficialismo como de la oposición.

A ver… La comisión bicameral que el Gobierno está proponiendo para monitorear a los jueces no es una reforma “soviética”. Es tan sólo un despropósito, por lo inútil y por lo imposible, que nada más sirve para que el oficialismo, reunificado en gritos de campaña, reagrupe la moral de su tropa y meta un poco de miedo, de paso. Perón decía: “Si querés que no pase nada, arma una comisión”.

Por otro lado, el supuesto affaire de Mauricio Macri con el FMI no convierte en “yanqui” al hijo de Don Franco, sino, en todo caso, en sospechoso de algo muy grave que ni siquiera se va a resolver en los tribunales argentinos si las nuevas autoridades del organismo y el propio Joe Biden no dan su visto bueno para golpear a Trump.

La Argentina necesita una Justicia independiente y confiable. La Argentina necesita fuentes de financiamiento genuinas. Ninguna de las dos cosas pueda hacerlas un solo partido, y menos sentido tiene ponerse a favor de una ni en contra de la otra o viceversa. Y jamás van a ser realidad si cada uno hace lo que se le canta cuando le toca gobernar. Si el periodismo juega ese juego, se convierte en otra cosa. La Argentina necesita un shock de normalidad. No una nueva: una normalidad. Sin verdad y transparencia no hay remedio y, encima, uno debe resignarse a ser parte activa de la enfermedad.

por Edi Zunino

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