Friday 3 de May de 2024
Perfil

Martín Llaryora: "La diferencia esencial de Córdoba con la Argentina es que nosotros somos cuidadosos en nuestra macroeconomía"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 13 de July 17:14

El flamante gobernador electo de Córdoba fue dos veces intendente y vicegobernador de la provincia, y apuesta por el modelo productivo que generaron desde el cordobesismo. Detalla cómo funciona la gran coalición de la cual forma parte e intenta explicar el peronismo cordobés y la importancia de los acuerdos en los tiempos que corren.

¿Cómo ves las elecciones de Córdoba en carácter nacional, hay algo que pueda ser extrapolable a nivel país? 
Lo que nuestra elección da es que si hacés una buena gestión, claramente la gente distingue de la gestión, y distingue los cargos ejecutivos de legislativos. Eso viene pasando por lo menos en nuestra provincia hace tiempo, y lo que se ha dado también, porque nadie entiende cómo en elecciones legislativas, a lo mejor un partido, en este caso Cambiemos, hace dos años hizo más del 50% de puntos, y después, cuando tiene que competir para las elecciones ejecutivas, no llega con las posibilidades para gobernar la provincia. Esto se basa absolutamente en la gestión y en la generación de un modelo cordobés, que en este caso tuvo, distinto de otras oportunidades, el gran apoyo de Córdoba Capital; esta vez obtuvimos una diferencia que nos permitió ganar la elección. Y en medio también de una gran renovación de dirigentes, porque en Córdoba se cumplió a rajatabla la imposibilidad de ser reelecto. O sea, los intendentes solo pueden estar dos años y los legisladores también. Esto pasa en muy pocos lugares que los legisladores, intendentes, jefes comunales…, lo cual generó todo un cambio en el sistema o en el ejercicio del sistema, de los liderazgos que venían de hace 20, 30 o 40 años, en algunos casos, fueron reelectos y en otros no; el mismo esquema pero hay un nuevo mapa político. Si uno quisiera ver poselecciones a gobernador, en las intendencias también. 

¿Hay un cambio generacional? ¿Qué queda del Córdoba de De la Sota? 
La irrupción de De la Sota fue en un momento crítico de la provincia, en el cual solo el gobierno provincial miraba o era un gobierno montado o pensado exclusivamente en la capital, con muy poca penetración en el interior. Aparte, un gobierno que tenía muchos conflictos abiertos con docentes, con la salud, con los intendentes. A los intendentes les llegaba un peso, creo que De la Sota fue el gobierno que generó parte del corazón de lo que entendemos como el cordobesismo, que para nosotros significa el respeto a todas las instituciones, ayudar a los intendentes más allá de su signo político, trabajar con la producción y trabajar bien federalmente. O sea, que las obras lleguen a cada rincón de la provincia. Él empezó haciendo un pacto claramente con la educación, construyendo escuelas; hoy debemos tener construidas más de mil escuelas. Prometió una rebaja impositiva que cumplió, para ayudar a los vecinos y a la producción, y también generó programas insignes, como el PPP, dirigido a los jóvenes para su primer trabajo, y asimismo creó otro programa en otro gobierno, pero que son programas como el boleto educativo, que permite que los jóvenes tengan el boleto gratis para ir a estudiar a cualquier centro educativo de toda la provincia. 

Pero la generación de De la Sota es la misma que la de Schiaretti, mientras que con la tuya hay un salto de una generación de diferencia. ¿Empieza una especie de kilómetro cero en el peronismo cordobés en el que se dejan atrás la generación y el legado de lo que eran De la Sota y Schiaretti?
No diría dejar atrás, lo que digo es construir un escalón sobre el escalón que se construyó antes. Entonces, nosotros tenemos que tomar lo que tanto De la Sota como Juan Schiaretti han construido, y ponerle la impronta de una nueva generación, no dejarlo atrás. Cuando digo: “Ahora empecemos con un camino cero”, no significa volver para atrás, sino es como cuando uno ve distintos escalones, un escalón hizo Juan, un escalón José, otro Juan, ahora nos toca a nosotros construir otro escalón. Y creo que en esa construcción viene lo que tiene que ver con transformación digital, innovación y con ponerle a la gestión, pero sustentado sobre los escalones anteriores. No pienso para nada salir del modelo de respeto institucional. No pienso para nada salir del modelo de que gobernar es generar trabajo, que se subsidie acá la generación de empleo, no la generación de desempleo. Voy a hacer un programa ahora para personas de más de 45 años, para que tengan la posibilidad de volver a trabajar. Las decisiones judiciales acá se cumplen; tenemos que seguir en este modelo de trabajo con todas las instituciones sociales y especialmente con las instituciones productivas. Córdoba tiene un microclima que han construido tanto José como Juan, con instituciones, con obras que apalancan esto, con programas que hay que continuarlos. Ahora, para resolver los problemas de la nueva generación que nos toca, para mejorar la seguridad, salud, la educación, que fueron temas muy debatidos en este tiempo, vamos a tener que cambiar paradigmas, que la otra generación no lo pudo hacer y que nosotros sí tenemos que animarnos a dar discusiones sobre cuál es el límite entre lo público y lo privado. Cómo introducimos la transformación digital en todo, cómo introducimos también los conceptos de economía circular, de protección del ambiente en materia productiva. Esos son los debates que fuimos dando. Principalmente, los vecinos de Córdoba lo que votaron es: “Martín, hay que continuar”. Pero aun los que votaron continuar quieren cambiar, o sea, no continuar igual. Córdoba es exigente, quiere estar cada vez mejor. Entonces, nos parece que hay que continuar, pero tenemos que hacer esos cambios. 

De alguna manera, como símbolo, ¿por eso es que no subió Schiaretti el día del triunfo?
Justamente pasó una situación, que es importante contarla. En Córdoba hicimos una reforma política en la cual las elecciones no las organiza el Gobierno, como se hace a nivel nacional. Hay un ministerio que organiza las elecciones. En la provincia de Córdoba, y en la ciudad tampoco, no es el Gobierno el que organiza las elecciones. Es la Justicia; en la ciudad se buscan tres jueces y se construye un poder aparte, justamente para darles imparcialidad al proceso y al escrutinio electoral. Lo que pasó fue que el escrutinio electoral en transmisión de datos no estuvo acorde con las normas que necesitamos; es decir, a las 10 y media de la noche, como cualquiera, poder conocer los resultados. Si bien Córdoba tiene sus variables y es una provincia que es un país, es como Uruguay, es el segundo distrito electoral del país, 427 comunidades y ciudades, cuatro millones de habitantes. Pero más allá de eso, tenemos tranquilamente toda la capacidad en talento y tecnología para poder hacerlo; eso no resultó, falló, y claramente todos los cordobeses, hasta las 2 de la mañana, prácticamente no pudimos tener ni siquiera las proyecciones. Nosotros sí teníamos las proyecciones y los otros también, porque uno tiene las mesas testigo y todo; nosotros sabíamos, a las 10 y media, que habíamos ganado. Para eso, si tus adversarios no reconocen su derrota, tampoco podés festejar. Entonces, frente a este error que hubo, definimos por la institucionalidad, más allá de tener todas las proyecciones y todas nuestras actas testigo que indicaban que éramos justos ganadores, esperamos hasta las 2 de la mañana. Esa es la diferencia de Córdoba cuando uno respeta las instituciones. A las 2 de la mañana recién salimos y les pude hablar a los simpatizantes que teníamos, decirles que habíamos ganado, pero que también los invitaba a retirarse y a esperar el escrutinio definitivo, porque claramente no nos habían reconocido el triunfo. Me tocó ganar y me tocó perder; hay una frase que dice Felipe González que me gustó mucho: “Las instituciones son entes que crean las sociedades y, por ende, las defiende o no la sociedad”. Frente a un error de esta magnitud, pero que todos nosotros tenemos en claro quién era justo ganador y quién no, se podría haber resuelto con partidos también, reconociendo claramente lo que estaba sucediendo y solucionar ese error. Acá no se reconoció, en parte porque viene la elección municipal y hay una estrategia, y lo que no se quería era que nosotros, a las 10 y media, estuviéramos festejando. Porque eso, para nuestro candidato a intendente, iba a ser un apoyo muy fuerte, que ganáramos en capital, que pudiéramos festejar la gobernación, marca una continuidad y una tendencia de que si el intendente llega a gobernador, por qué ahora los vecinos no nos acompañarían en el candidato a intendente. Esa era nuestra estrategia y, por lo tanto, no tenía ningún sentido que subiera Juan, por eso subí con mi vicegobernadora y con Daniel Passerini. Sí nos acompañó, estuvo con nosotros, saludó a los referentes nacionales que lo estuvieron acompañando y estuvimos con él hasta las tres y media, así que no hubo ningún problema. Pero, aun con la picardía de los otros, respetamos las instituciones, y creo que por eso nos votan, porque uno piensa cómo actúa alguien en los momentos límite. Y en esos momentos la diferencia de cómo actúa alguien también habla de los valores que tiene, y de los valores que no tienen los demás. 

Además de Schiaretti, gobernador de Córdoba, estaba quien va a ser su candidato a vicepresidente en la fórmula nacional, Randazzo, también uno de los referentes, Bossio. ¿Afectó en algo la diferencia, menor que la esperada, a favor tuya sobre Juez, el hecho de que se haya estado discutiendo tres semanas antes de las elecciones la posible incorporación del peronismo de Córdoba a un frente de frentes? 
Lo hablamos con Juan, cuando él asumió tomar esta postura. Y no es ni más ni menos que la postura que ya había asumido tomar yo, este nuevo liderazgo. Esto que decís  de cómo partimos de cero, y hoy fuimos con una coalición nueva, semejante a las coaliciones que se arman en Europa, que tienen que ver con lo que nosotros denominamos el partido cordobés, y que planteamos del nivel cero, hacer una coalición amplia con otros partidos, otros dirigentes, a veces sin que venga el partido. De hecho, mi vicegobernadora es una intendenta del Partido Radical, Myrian Prunotto; va a ser la primera vicegobernadora radical de la historia. El viceintendente de Daniel va a ser Javier Prieto, presidente provincial del PRO. O sea que llevamos socialistas, gente de distintas líneas del justicialismo, del vecinalismo, de los sectores de la producción, e hicimos una lista geográficamente importante, distribuimos liderazgos. Entonces, cuando planteamos empezar desde cero, yo sé que para simplificar dicen que ganó el justicialismo, pero ganó una coalición y si no hubiéramos hecho esa coalición, tal vez no hubiéramos ganado. Y el nuevo signo de los tiempos es de buscar acuerdos y consensos que nos permitan gobernar. Entonces, cuando Juan planteaba el frente de frentes, fui uno de los que lo impulsaron, porque me parecía muy bien y muy loable que pudiéramos hacer acuerdos antes de llegar a las elecciones, porque si los acuerdos los hacés a posteriori, terminan siendo condiciones de gobernabilidad legislativas, a veces. Lo podés llevar a otro tramo, pero empezás no teniendo de acuerdo el marco o los conceptos básicos que tiene la coalición. Y como nadie se desarrolla en un país que no se desarrolla, más allá de ganar o perder en lo que resultara ese frente de frentes, me parecía que había que colaborar con la Argentina, así que después habrá que ver cuánto afectó, cuánto no. Tienen que saber que yo estaba de acuerdo en que Schiaretti realizara un frente de frentes y se juntara con distintas expresiones del justicialismo nacional, de otros partidos, porque lo mismo hemos hecho en la provincia de Córdoba. 

Hablabas del cordobesismo. Ayudanos a entender la particularidad del peronismo cordobés. En las elecciones de 2015, De la Sota estaba aliado con Sergio Massa, que hoy es el candidato a presidente de Unión por la Patria. ¿Cómo se comprende esa relación de De la Sota, el peronismo de Córdoba, con Massa, hoy, en la coalición opuesta?
A veces, entender la política siguiendo a los dirigentes en su historial, puede ser muy difícil, porque verás dirigentes de cualquiera de los partidos que si hacés la historia de su vida, no vas a poder entender lo que hizo cuando tenía 19 años, lo que hace ahora cuando tiene 60. A lo mejor, me parece que no se va a poder entender el cordobesismo desde que ese planteo. El cordobesismo es una expresión que hemos construido entre todos los cordobeses, tiene que ver con un claro concepto que es gobernar, crear trabajo, como te decía, para generar trabajo. Desde siempre pensamos que hay que acompañar y trabajar con las fuerzas privadas, las tenemos que acompañar, apoyar, y por eso hablamos de subsidiar el empleo y no el desempleo. Por eso subsidiamos la radicación de industrias, ayudamos al comercio y a los servicios, trabajamos con universidades para generar más talento. Y por eso, te das cuenta de que Córdoba es una de las provincias per cápita con menos empleados públicos de la Argentina. Necesitamos, sí o sí, al definir este modelo, que la actividad privada funcione, con lo cual nos hace trabajar continuamente en la defensa de la actividad privada. Eso ya te da un punto de inflexión. En esa defensa, no solo de programas, de objetivos, del trabajo para mejorar las condiciones, sino también tiene que ver con obras de infraestructura que hemos realizado, estratégicas. Ahí tienen que ver los gasoductos, las rutas. Pasamos de ocho parques industriales a 52. Entonces, ver al Estado trabajando con los emprendedores, los empresarios, trabajando unidos, limpiándoles la cancha como para que puedan caminar más fácil… Ahí estamos en conjunto. No estamos en contra de la actividad privada, estamos acompañando a la actividad privada. Para eso también sabemos que necesitamos dos cosas: primero, respetar la seguridad jurídica. En los lugares en donde no hay seguridad jurídica, no puede crecer la actividad privada; nosotros respetamos la seguridad jurídica y la fortalecemos. No solo respetamos los fallos judiciales, sino que los jueces son nombrados por la magistratura y no son cambiados por el poder central. Pero a la vez, en las leyes que generamos, le damos previsibilidad y tiempo. No va a haber ninguna empresa que haya venido a invertir a Córdoba a la cual se le haya cambiado una legislación. Cuando se dice: “Acá te damos tantos años de eximición de ingresos brutos y nos comprometemos a hacer tal obra para que tu inversión sea factible”, eso se realiza. Y lo segundo tiene que ver con el clima del respeto y del talento. El talento se genera en ciudades en las hay libertad, en gobiernos en los que hay libertad. Acá no hay persecución. Vos podés pensar distinto, pero nunca ningún dirigente, oficialista u opositor, te va a poder decir que en Córdoba se lo proscribió o que se le dio persecución. Los medios son libres de decir lo que quieren y lo que opinan. No perseguimos; nuestra sociedad defiende la integralidad religiosa, y tenemos como valor la posibilidad de defender a todos los credos, razas, género o diversidad sexual. Entonces, todo esto, acompañado de nuestra potencia educativa y productiva, genera que Córdoba parezca otro país inmerso en la Argentina. Pero no lo somos, por eso la Argentina nos afecta cuando no tiene una economía que pueda acompañar el crecimiento y el progreso de Córdoba. Nos afecta cuando tiene una economía que no piensa en la producción, que castiga la exportación. En ningún país del mundo existirían las retenciones, porque es ir sobre el que exporta. En todos los países del mundo al que exporta se lo premia, así produce más, porque exporta el trabajo a otro lugar del mundo. En Córdoba sufrimos las retenciones y pudimos generar esta provincia de esta manera, aun sacándonos, que este año van a ser más de tres mil millones de dólares, solo en retenciones. Incluso sin declarar economías, por ejemplo, regionales como la producción del maní. En materia de comercio exterior, estamos superando nuestro per cápita. Córdoba es, casi diría, un país productivo, de talento, trabajo, esfuerzo en el interior de una Argentina, en donde no se desarrolla, no crece y, aparte, en ese no crecimiento y desarrollo, nos vive metiendo las manos en los bolsillos a todos los cordobeses, una por vía de la retención y la otra al no darnos los fondos que nos tiene que dar. Porque, por ejemplo, cuando reparten los fondos para el transporte o para el agua o la luz de una manera totalmente subsidiada, beneficiando al AMBA, pero perjudicando a Córdoba, ahí también es una manera de discriminar a los cordobeses y, por supuesto, al interior de la Argentina. Cuando Córdoba plantea esto porque tiene este nivel económico, termina siendo la voz de la Argentina federal, termina siendo la voz de la Argentina silenciada. Esa voz que a veces no puede hablar porque tiene una relación directa, o tan fuerte con los subsidios o con la relación nacional, que le impide expresarse en contra; lo he visto. Nosotros vamos a hablar por ellos. Defendemos el subsidio al transporte, porque queremos que nos den justicia en el transporte, queremos que hagan obras en todas las provincias. Las obras estratégicas que faltan, todavía no conectaron el gasoducto. No hicimos la salida con mirada al Pacífico. No tenemos los trenes necesarios para que el Norte pueda producir más. No utilizamos lo pluvial como un factor de desarrollo. En el Libro blanco de la UIA encuentran todas las obras necesarias para que las economías del interior puedan crecer por dos, por tres o por cuatro. Pero a veces en la Capital toman decisiones de favorecer un puente, un soterramiento, un paso a nivel, que el mismo valor que tiene armar una de estas decisiones en el interior que multiplicaría por dos, o por tres la producción. Por eso creo que la diferencia esencial de Córdoba con la Argentina es que nosotros somos cuidadosos en nuestra macroeconomía, porque tenemos superávit, tanto la provincia como la ciudad. Pero sabemos que no hay que estabilizar solo la macroeconomía, sino la macroeconomía en conjunto, con un plan de desarrollo productivo. La macroeconomía sola no sirve, si no tenés un desarrollo de producción y de empleo para generar progreso a todos los argentinos. Eso es lo que hacemos humildemente en Córdoba.

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil.

 

 

por Jorge Fontevecchia

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