El exministro de Economía, que lideró la renegociación de deuda con el FMI, expone su interpretación de cuáles fueron los inconvenientes de su gestión por la falta de cohesión dentro del Frente de Todos. La diferencia con la administración actual y su mirada sobre las posibilidades de desarrollo del país en los próximos años. Lanzará en Londres 'Suramericana Visión', un think tank para contribuir a la generación de políticas públicas, que impulsen la integración y los sistemas productivos.
¿Cuánto terminará cayendo el producto bruto este año?
El presente obviamente que está influido por un evento externo, que es el evento de la sequía, que tiene un impacto significativo en las dinámicas de la economía. Entonces venimos de una secuencia en donde luego de tres años consecutivos de caída del producto, entre 2018, 2020, la Argentina tuvo una recuperación muy fuerte en 2021. Recordemos el producto creció un 10,4%, hubo una muy fuerte creación de empleo. Continúa el crecimiento económico durante la mayor parte de 2022, y efectivamente, este es un año más difícil para la economía argentina. Por lo tanto, esos pronósticos que señalás, me imagino que el fundamento principal al que deben referir implícitamente...
Un 3% de caída de producto se le asigna a la sequía.
Es a la sequía. Pero al mismo tiempo...
Antes había unas previsiones de crecimiento del 2%.
Sí, había predicciones de crecimiento en un contexto donde todavía la gran mayoría de los analistas no estaba incorporando, porque fue un shock el efecto de la sequía.
Pero si uno tenía +2 y la sequía es -3, te daría -1, y escucho a veces pronósticos de -4, -5.
Siempre lo que limita la capacidad de crecimiento del país, en un país donde la moneda históricamente ha tenido un carácter de debilidad y que hay que fortalecer, que es un tema muy importante del cual hablar, son las divisas con las que cuenta la Argentina. La sequía efectivamente pone a Argentina en una situación de más escasez de divisas; tampoco hay que ser alarmistas. Hoy tenemos un nivel de actividad que todavía está alto, se ha desacelerado y va a ser un año difícil desde ese punto de vista. Yo creo que el año que viene la Argentina tiene las condiciones para volver a establecer una nueva recuperación de la actividad.
Este año, cuando uno mira el primer trimestre respecto del primer trimestre del año anterior, creció un 1,5. Si lo mira respecto no del año anterior, sino del trimestre anterior, se mantuvo. El último trimestre del año pasado había caído. Suponiendo que tengamos dos trimestres más con caída, ¿creés que el último trimestre del año, ya habiendo superado el efecto que produce la sequía en el intercambio comercial, otra vez comienza el proceso de crecimiento?
En buena parte va a depender también de la situación política, que es absolutamente central para la dinámica económica. Diría que hoy en Argentina, sacando los efectos de la sequía y el tema de la disponibilidad de divisas, es el tema más importante para lograr llevar adelante un programa que pueda ser efectivo para atacar los problemas que tiene la Argentina. Así que la respuesta es: va a depender de que pasen todo el proceso electoral y miraría como horizonte con posibilidad de una recuperación el año próximo.
¿Qué pasaría entonces si en agosto o en octubre quedase claro o como muy probable que la oposición va a ser gobierno, cómo afectaría eso a la economía de este año?
Hoy se ha manifestado que se divide en tres grandes bloques el espectro político argentino. Y no es solo cuestión de hablar de la oposición, sino también de la dinámica del oficialismo. Desde el punto de vista de la oposición hay dos bloques, uno que está proponiendo medidas que son soluciones supuestamente simples a problemas complejos, como es la idea de la dolarización, que sería un paso atrás fuerte para la Argentina. Eso sería algo grave. En el bloque del oficialismo, el gran tema es cómo se va a resolver el problema de representatividad, esto lo hemos vivido, yo de hecho lo viví en la gestión. Es muy importante para cualquier aspiración de estabilización y desarrollo económico que haya la capacidad política de implementar un programa económico, y por eso es tan importante para la economía que dentro del espacio oficialista sea la gente la que resuelva el problema de representatividad, vía el voto, son importantes las PASO. Entonces, estas dinámicas que se ven entre este momento y el momento de las elecciones, la definición de las listas el 24 de junio, las elecciones en agosto, van a ser importante para cómo va a ser la relación entre oficialismo y oposición, le toque a quien le toque, elija el pueblo a quien elija el año próximo.
Llegamos a agosto en las PASO, o a octubre en la primera vuelta, y queda claro que el oficialismo es competitivo o queda claro que no es competitivo y que quien aparece como más probable candidato a subir el 10 de diciembre sea, o los libertarios o Juntos por el Cambio. ¿Qué consecuencias tiene para la economía del último cuatrimestre cada una de esas tres alternativas?
Un oficialismo competitivo que haya resuelto sus problemas desde el punto de vista de quien efectivamente conduce, que haya discutido contenidos, programas con contenido, eso ayuda a las perspectivas económicas. En el caso de la oposición, son dinámicas muy diferentes en las cuales...
¿El peor escenario sería los libertarios y uno intermedio sería Juntos por el Cambio?
Lo que tiene el caso de los libertarios es que han sido mucho más explícitos acerca de lo que planean hacer. Juntos por el Cambio es mucho menos explícito; a veces escucho a alguien que dice: “Yo tengo un programa para bajar la inflación, pero no voy a decir cuál es”. Entonces hoy todavía no se sabe bien qué van a hacer... En el pasado, cuando Juntos por el Cambio gobernó, al principio también hubo cierta euforia, la idea de que iba a haber una lluvia de inversiones y terminó el país endeudado brutalmente, terminó endeudado con el Fondo Monetario Internacional y terminó desestabilizando profundamente la economía argentina. Buena parte del entusiasmo que estaba presente en 2015, incluyendo el entusiasmo que había en los mercados, ya se perdió con Juntos por el Cambio. Esa es la realidad que uno ve. Ha habido una decepción muy grande en parte de quienes creían en ello. Después hay quienes nunca creímos en ello, como es mi caso, y que no me genera mucha esperanza para el futuro de la Argentina. A mí lo que me genera esperanza es un peronismo ordenándose, modernizándose, discutiendo programas y resolviendo sus problemas internos vía el voto de la gente.
Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil.
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