Friday 26 de April de 2024
Perfil

Mario Riorda: "En las elecciones provinciales los candidatos de Milei harán un desempeño muy discreto"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 03 de March 12:00

Lanzada la carrera electoral de los precandidatos presidenciales, el politólogo y activista de la comunicación política, especialista en estrategias electorales, desmenuza las posibilidades, maniobras y dinámicas de cada espacio político, las chances de cada candidato y el porqué de la derechización de la sociedad. Cristina, Alberto F, Larreta, Macri y Milei, bajo la lupa de un observador agudo.

Me decías que hay crisis en todos lados, relacionadas con la tecnología, y que la nueva tecnología está destapando situaciones que antes estaban solapadas. 
Sí, recordá que antes del fin del gobierno de Nixon en Norteamérica, hubo una serie de estudios que empezaron a profundizar la gestión de las crisis, pero hubo un detalle, a ese escándalo se le llamó  talk scandal, escándalos del habla, que representaba la idea de la filtración tecnológica. Y en realidad era un escándalo por sí mismo, pero hoy ese nombre quedó viejo. Escándalos de filtraciones tecnológicas, imágenes, audios, chats, lo que fuere, que destapan, aceleran o promueven otro tipo de escándalos, escándalos sexuales, de abusos políticos, de corrupción. Por lo tanto hoy es más que un escándalo en sí mismo, y por lo tanto, una categoría de crisis poco esperable. Los escándalos suceden sorpresivamente, salvo para quien comete el escándalo, pero para la opinión pública generalmente es un acelerador que genera una combustión rapidísima de un proceso de crisis, y que lo vemos básicamente en todos los países. A cada rato hay filtraciones tecnológicas. 

Comentabas que la misma situación con, por ejemplo, Lago Escondido y las filtraciones del ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, hasta en Uruguay, también hay una situación que genera unos chats y unas filtraciones, un gran escándalo político. 
Que incluso puede ser más grave y hasta diría equiparable a lo que significó aquí la filtración tecnológica de la famosa foto y luego video de Olivos. Digo equiparable porque más allá de los chats de Lago Escondido, que es sumamente importante y significativo, importantes medios, importantes políticos y la justicia. En el caso uruguayo es el propio oficialismo, ni más ni menos que el jefe de la custodia presidencial que ha dejado filtrar el chat. Y por si fuera poco, relacionados a un hecho muy sensible en la opinión pública internacional, que tiene que ver con un tráfico de pasaportes, o condiciones migratorias asimétricas, para gente que emigra específicamente de Rusia. 

Los papeles del Pentágono tuvieron que ver con revelaciones de la guerra de Vietnam, que eran secretos de Estado, y se relacionaron con el invento tecnológico de la fotocopiadora. Es decir, los generales del Pentágono no estaban acostumbrados a que existía algo que permitía reproducir los papeles y llevarlos, ¿podríamos decir que los políticos no están acostumbrados todavía a los chats, a los distintos elementos tecnológicos, y se comportan creyendo que están a cubierto cuando están desnudos?
Hay una frase que Luciano Elizalde, amigo y coautor de varios libros, sostiene, que es “todo lo que no quieras que se sepa no lo hagas”. El problema es que de alguna manera todos estamos condenados porque el chat ya no es un medio alternativo, es el medio oficial de comunicación de todos. A tal punto que, pensando en gobiernos, ha reemplazado muchísimas veces a las reuniones de gabinete. Pensando en relaciones de dos, en relaciones íntimas, el chat es todo, puede iniciar o terminar una relación. Ya no es algo alternativo, es central. A veces, uno está en dos dormitorios distintos y con sus hijos se comunica por chat, ya no es un medio más, es el medio por antonomasia, independientemente de la red donde sucede. Entonces, es imposible que a cada rato no se hagan públicos escándalos, porque todo lo que uno dice, piensa o cómo actúa cotidianamente lo deposita en ese tipo de medios. 

En un texto, creo que era de Umberto Eco, contaba un caso en que el propietario de una estancia envía al propietario de otra una caja con frutas a través de uno de sus empleados, que era analfabeto, y una carta para quien recibiría la caja. En medio, el empleado se come una parte y cuando la persona lo recibe, ve que faltaba una cantidad importante de lo que debería existir y lo castiga severamente. Le da otra caja, con otra carta, con lo que tenía que ir como intercambio. En el recorrido vuelve a tener hambre, entonces, por precaución, antes de comerse parte de la caja, agarra la carta y la esconde debajo de una piedra, se come parte de lo que llevaba, y sigue. Esa idea ingenua de que si se esconde lo que uno va a hacer, es posible hacerlo, cuando Bauman hace ya veinte años dijo que se había acabado la intimidad. 

No, totalmente. Hoy no es que se acabó la intimidad, diría al revés, todo es público. 

Extimidad era el término que usaba Bauman. Hablás del fenómeno de la tribalización, donde se festeja lo que sirve al grupo de pertenencia, aunque esto implique distanciarse de las normas de consenso social, incluso de las propias creencias y valores, ¿cómo impactan las redes sociales en la aceleración de esta polarización? 
La tribalización técnicamente es un fenómeno de radicalización a través de personas que manifiestan un grupo de intereses. No necesariamente la tribalización es un fenómeno negativo. Es negativo cuando esa radicalización choca, compite o puja contra las normas de un consenso social. Es sumamente interesante que antes de la explosión de las redes sociales en general, el mundo, sobre todo el occidental, había avanzado en ciertos consensos, acuerdos. Había acuerdos sociales sobre lo que era permitido o no. En el mundo se movían muchas cosas sobre destinos de lo políticamente correcto. Cuando las redes sociales empezaron a proliferar, cuando ciertos liderazgos se animaron a ser políticamente incorrectos, es como que de golpe esas normas del consenso se rompieron y cada sector fue a buscar su espacio de refugio. Ahí es donde comienza la radicalización y el resultado es la imposibilidad de pensar consensos mayoritarios. La tribalización es la ausencia de grandes consensos, la idea de un avance, como si fuera la mancha de aceite que más o menos, aunque sea despacio, nos va tocando a todos, se rompe. Y entonces, como de alguna manera se atomiza, las nociones del consenso se vuelven cada día más distantes. La autocelebración identitaria, que es la característica de la tribalización, hace que me importen mucho más mis fieles, mis adeptos, casi como una dimensión de prédica religiosa, que no discuten lo que hago, sino que solo aplauden y me siguen fielmente, por sobre la dinámica social mayoritaria. Entonces, la tribalización es dejar de pensar en mayorías, en normas de consenso, y es buscar autocelebraciones de parte, sumamente parciales, es un desastre para la democracia desde todo punto de vista. 

¿Javier Milei y sus seguidores serían un arquetipo? 
No toda tribalización se radicaliza. De alguna manera Javier Milei sí representa gran parte de una tribalización radicalizada, que es la que hoy, en términos de actores preferentemente de derecha, manifiesta una especie de postura antisistema, anárquica, representando gran parte de una rebeldía que en algún momento se atribuyó a algunos fenómenos de izquierda, y que hoy lo tienen mayormente los fenómenos de derecha, apelando a algún criterio que tiene que ver con la libertad. La libertad es no seguir las normas del consenso social, es una libertad bastante cómoda, a mi gusto, es una libertad de “hago lo que quiero” independientemente de lo que el derecho positivo, las constituciones suelen predicar como convivencia democrática. Entonces sí, claramente, representa algo de esto. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

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