Friday 19 de April de 2024
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Julio María Sanguinetti: "Hay una razón emotiva y psicológica en argentinos que deciden establecer residencia en Uruguay"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 25 de August 17:45

Se cumplieron 200 años del primer reconocimiento que tuvieron las Provincias Unidas del Río de la Plata. Portugal tenía a don Pedro Primero en Brasil y reconoció a las Provincias Unidas del Río de la Plata como independientes. Si usted hiciera historia de vidas paralelas, ¿qué fue lo que hizo diferente a una orilla y otra del Río de la Plata?

Como siempre, la historia da la respuesta. Nosotros fuimos parte de un problema que aún existe en la Argentina: la dificultad de vertebrar las instituciones políticas con las sociales. Una sociedad tan evolucionada como la argentina que, sin embargo, en su institucionalidad política siempre adolece de un rezago frente a lo creativo y bullente, de individualidades brillantes del país. A veces digo que Uruguay y Argentina nos parecemos mucho, pero estaríamos cambiados. Tenemos más institucionalidad; la Argentina, un poco menos. La sociedad argentina tiene una gran creatividad; la nuestra es más quieta, espera más que el Estado haga las cosas. Es un resultado de la historia. Cuando se derrumba el imperio español y quedamos los virreinatos y las gobernaciones a nuestro aire, como dicen en España, Buenos Aires se asumió heredera del Virreinato del Río de la Plata, que había nacido en 1776, no hacía mucho. Fue un virreinato muy tardío y militar, fundamentalmente, para cuidar la frontera con Portugal. Paraguay se independizó, el Alto Perú se independizó, las provincias del litoral y la nuestra se constituyen de algún modo en homólogas. El Uruguay, lo que hoy es Uruguay, todavía no era provincia. En realidad, era Montevideo y luego un territorio disperso que en el norte incluso dependía de Yapeyú, la ciudad de donde es originario José de San Martín. Nuestra modalidad de revolución fue institucionalista siempre. Y ahí es donde vienen el divorcio y el problema, digamos. En 1813 ya la revolución oriental se define por la independencia. Buenos Aires no estaba definida, recién lo hará en Tucumán. Ya dijimos clara e inequívocamente que esto era república con separación de poderes y libertad civil y religiosa en toda su extensión. Esta provincia se define sobre la base de esos pronunciamientos. En 1816, la Argentina se declara independiente, nos lo comunica Juan Manuel de Pueyrredón y José Artigas le responde: “Ya va más de un año que nos consideramos independientes”. Pero aun en 1816 la Argentina no define que sea república, aún había proyectos monárquicos. Así, con el correr de los tiempos, terminó siendo una república independiente, 17 años después del inicio de la revolución se reconoce lo que es la independencia de nuestra república. En esos 17 años se configuró una identidad, siempre en torno a esa institucionalidad que entendíamos como una confederación. Ese es el tip esencial: independencia, república y confederación. La Constitución de esa provincia soberana solo delegaba aquellas competencias que expresamente lo hicieran en el Estado, solamente las Fuerzas Armadas y la representación exterior. Por eso, estábamos juntos: Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y nuestra provincia. Enfrentamos a Buenos Aires porque teníamos esa idea de confederación. Finalmente, nosotros, confederados al fin, terminamos independientes y las otras provincias socias de la época terminaron dentro del Estado federal argentino.
 

¿Atraviesa a Uruguay que se la ubique como el ejemplo clásico de Estado tapón entre Brasil y Argentina? En geopolítica se la usa como a Mongolia entre Rusia y China; a Irak entre Irán y Arabia Saudita; Finlandia, entre los imperios en su momento sueco y ruso o Nepal entre China e India. La primera fundación de Montevideo fue por los propios portugueses. ¿Ser rara avis condicionó también su vínculo con Brasil?

Sin duda. Somos hijos de esa disputa. Configuramos nuestra nacionalidad en la batalla de fronteras con Brasil, que no venía desde España, y luego con la pulseada por nuestra autonomía con Buenos Aires, en una rivalidad que venía también desde la colonia por los puertos. Nuestro puerto rivalizaba con Buenos Aires, y así ocurre hasta hoy. Configuramos nuestra identidad nacional en esa puja. La frontera entre Portugal primero, Brasil más tarde y Argentina después. Por eso tuvimos una relación muy particular. Suelo decir que los uruguayos somos estrábicos: debemos estar con un ojo en Buenos Aires y el otro en San Pablo. Me preguntará por qué no quedamos del lado de las provincias argentinas. La respuesta es porque nuestra concepción era la de una confederación y la autodeterminación republicana desde el primer día, que fue lo que nos fue desgajando y separando de los gobiernos de Buenos Aires.

por Jorge Fontevecchia

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