Friday 3 de May de 2024
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Juan Grabois: "Lo que Milei encara como programa político económico tal vez sea la mayor catástrofe social"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 21 de December 16:30

Su compromiso con el empoderamiento de las capas más bajas de la sociedad nació en el 2001; se convirtió en uno de los referentes más prominentes de los movimientos sociales. Después de su candidatura presidencial en las PASO, entregó el bastón de mariscal en la dirigencia social para convertirse en un líder político de una nueva generación que busca devolverle a la política el verdadero sentido que originalmente tuvo, la transformación de la realidad. Afirma que en el futuro volverá a intentar ser presidente, y reflexiona sobre Javier Milei y sus nuevas medidas económicas.

Pasaron dos años casi de aquel largo reportaje-polémica entre vos y Milei, ¿te imaginabas en aquel momento que esa persona con la que vos estabas debatiendo podía llegar a ser presidente?
Sí, me lo imaginaba. Me hubiese gustado ganar a mí, pero bueno, ganó él. 

Y hoy, en retrospectiva, ¿lo ves distinto a aquel que viste en aquel momento? No sé si en algún momento volviste a ver alguna partecita, porque ese debate tuvo mucha repercusión en internet, sigue viéndose hoy inclusive.
No lo volví a ver. Personalmente, sí sé que nuestros compañeros del colectivo de comunicación utilizaron parte durante la campaña de las PASO, donde nosotros sacamos un millón y medio de votos y Milei sacó seis millones de votos o más. Es decir, se produjo un fenómeno rupturista imprevisible, no tan imprevisible en los últimos meses, semanas, pero un fenómeno disruptivo del establishment político por derecha en términos reaccionarios, que era lo que nosotros queríamos producir desde una perspectiva humanista. Y, tal vez, la autocrítica es que nos faltó radicalidad, que lo hicimos dentro de las estructuras tradicionales de la política como Unión por la Patria, que creo, insisto, es un marco de alianzas donde abreva un sector que sigue sosteniendo, si se quiere, las banderas del movimiento nacional popular argentino, que son parte de nuestra tradición histórica. Nosotros no queremos una ruptura absoluta, queremos una continuidad con lo que constituye un pueblo que es su historia, que son sus mitos, que es su cultura. Es decir, no creemos que la historia empieza cuando nosotros llegamos y mis perros, por hacer la metáfora con Milei, no tienen solamente nombres de pensadores extranjeros, sino que está arraigado en nuestra cultura nacional, rioplatense y latinoamericana, también en la universal, pero nosotros tenemos patria, tenemos historia y tenemos un pueblo. Evidentemente esa opción de buscar la disrupción dentro de una continuidad en un momento de crisis tan profunda en todos los planos, fundamentalmente en el económico, pero que lo económico, como dice también el papa Francisco, es la administración de la casa común y la administración de la casa común implica valores de todo tipo, valores materiales, valores culturales, valores espirituales. Y han sido tan mal administrados por las clases gobernantes que una disrupción, aunque sea reaccionaria, aunque sea deshumanizante en muchos aspectos, evidentemente fue cautivante para la mayor parte del pueblo argentino. 

¿Imaginás que se puede producir una disrupción en el sentido distinto, ideológico, y vos mismo pensás que podés encarnarla y vas a intentar ser presidente en un futuro? 
Voy a intentar ser presidente en un futuro. Lo intenté. Si no soy yo, como planteé en esa ocasión, una mujer o un hombre de nuestra generación. 

¿Cuántos años menos que Milei tenés? Él tiene 53, creo. 
Tengo 13 años menos, yo tengo 40. Hay generaciones que se formaron en determinados modelos mentales. El modelo mental de los 90, un modelo mental exitista y consumista, generación Milei, y hay una generación que se formó en el modelo mental de la Guerra Fría, que es... 

Yo.
Es un modelo mental, sobre todo en la política, que tiene consecuencias en cómo se ve la vida. 

Obviamente, hay subjetividad de época, subjetividad de género, subjetividad de clase. 
Exactamente.

La tuya sería la de 2003. 
2001, 2003, ¿eso quiere decir que es mejor? Pero de ninguna manera. 

Es más, lo enriquecedor sería la síntesis de todas esas visiones.
Desde luego. ¿Por qué nosotros no tenemos jefaturas superiores a los 40, 41, 42 años? Como un anticuerpo. Porque por ejemplo, hay algo muy propio de la Guerra Fría que uno lo puede ver en las películas de espías o en los libros de lo que pasó durante la dictadura acá con los infiltrados, desde Astiz hasta las conducciones infiltradas de diversas maneras de las organizaciones revolucionarias. Es decir, los tejes y manejes de las grandes potencias. Una mentalidad conspirativa, por un lado, y manipulatoria, y de utilizar como peón a otros, como carne de cañón a otros. Entonces, como anticuerpo, no queremos jefaturas de otra generación. Ahora hay gente de nuestra generación, poco más y poco menos, que no tiene ninguna formación política, que no tiene ningún compromiso ético, que es absolutamente frívola y que tomó una pose como si fueran comprometidos, como aquellos militantes de su generación que dejaron la vida. La edad no es ninguna garantía, puede ser únicamente un anticuerpo. 

Hablando de cambios generacionales, ¿te sorprendió la relación, que por lo menos, se mostró por televisión en la asunción de Milei entre Cristina Kirchner y Milei, tan contrastante con la de Cristina con Macri, que era de su propia generación?
No me sorprendió. Hay que separar la obra del autor. 

¿Quiénes obra y quién es autor acá? 
Autor es Milei y la obra es el programa económico. Esa era una ceremonia donde lo que aparecía... 

Pensé que ibas a decir, Macri era el autor intelectual y Milei era la obra. 
Ahora, Macri hizo una maniobra, en un momento dije la palabra inteligente y no es una palabra correcta, muy astuta y mafiosa. Mafiosa no en el sentido delictivo del término, sino en el sentido del método. Es decir, Macri no funciona como un líder político, sino como un jefe mafioso, porque si fuera un líder político del PRO, de Juntos por el Cambio, hoy el presidente sería Rodríguez Larreta, que fue el que ganó las elecciones de medio término. El gobernador sería Santilli, pero él decidió aplastar a su propia gente y rápidamente, un tibio apoyo a Bullrich, y abraza a Milei para garantizar un triunfo, que tal vez hubiese pasado del mismo modo. Pero lo abraza Milei después de que Milei pierde las generales, o sale... 

Pero que le gana a Bullrich. 
Rápidamente y con un entusiasmo muy superior al que demostró en la campaña de su propio partido. En eso Macri tuvo astucia de mafiosidad. ¿Por qué digo mafiosidad? Porque no es propio de un dirigente político, no estaba desarrollando una política constructiva, sino una estrategia de aplastamiento de sus rivales internos y de construcción de poder. Pero cuando decía lo de la obra y el autor, Milei autor, no obra, Milei persona, porque lo que va a desarrollar, lo que encara Milei como programa político económico, tal vez sea la mayor catástrofe social. Esta es mi predicción. Desde que tengo uso de razón, las medidas que anuncia Caputo son de una crueldad para el hombre y la mujer de a pie, no solamente para las capas más empobrecidas de la sociedad. A la clase media le han dicho: “Señor y señora, usted a partir de este momento es pobre, jódase”. Dichas con una frialdad y con una falta de empatía, psicopática. Esa es la obra. Pero el autor es un hombre muy particular, con sus excentricidades, con sus momentos. 

¿Que puede hasta caer simpático?
En la política pasa una cosa, la verdad molesta.

Hay un ensayo de Hannah Arendt sobre la relación de la mentira y la política, que dice que es intrínseca a la política. Entiendo la política como ejercicio del poder. 
No estoy de acuerdo.

Será parte de tu disrupción también. 
Pero si a mí me llama Milei y se solidariza con lo que pasó, cosa que hicieron muy pocos dirigentes de nuestro propio campo, algunos incluso lo pusieron en Twitter y no me llamaron, raro. Y el tipo se solidariza. 

Hay que reconocerle que tuvo una acción meritoria.
Te voy a contar una infidencia que no sé si le va a caer bien o mal, la verdad no me importa, porque como decía Artigas, “con la verdad no ofendo ni temo”. Se disculpa por haberme dicho “ladrón” en un video en el último tramo de la campaña. Nunca me pasó. Me han dicho de todo, tirios y troyanos. Es más, me ponía a recordar: ¿yo alguna vez que insulté a alguien mintiendo, porque a veces insulto, pero sin mentir, le pedir perdón?, porque hay que hacer eso, hay que hacerlo. Ahí tenés al autor. 

¿Creés que es una buena persona con ideas equivocadas?
Voy a tratar de no utilizar adjetivaciones morales, porque si manda al muere a la mitad de mi pueblo, no voy a decir que es una buena persona, voy a decir que es un asesino social. 

¿Sus ideas son las que producen el asesinato, aunque él pueda tener buena intención? 
Eso puede pasar. Existe esa combinación. 

¿La diferencia entre autor y obra?
Existe la diferencia entre autor y obra. 

Pero hay autores que son cínicos y que producen el mal a propósito. 
Macri. 

¿Milei no tiene esa característica?
No necesariamente. Lo que digo es que cuando Cristina le sonríe y tiene con él una relación empática, creo que ella está interactuando con el autor, con el mismo autor con el que yo tuve interacción en frente tuyo, muy respetuosa y constructiva de una persona que está compenetrada en un debate político-ideológico. Es decir, que no estaba especulando con cómo salía eso en la televisión mañana. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil. 

 

por Jorge Fontevecchia

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