Sunday 19 de May de 2024
Perfil

Jaime Nebot: "Cuando se emite dinero se está robando el patrimonio de la gente"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 03 de May 13:36

Expresidente del Partido Social Cristiano, gobernador de Guaya, alcalde de Guayaquil dos décadas y artífice de la dolarización ecuatoriana junto a su coterráneo Jaime Duran Barba en el 2000, habla de los beneficios de aquella medida, que sigue contando con el beneplácito de la sociedad y ni siquiera el expresidente Rafael Correa se animó a modificar. Macri lo rechazó, pero cree que ahora sí Argentina está lista para asumir la dolarización.

Ecuador dolarizó su economía hace más de 20 años, siete presidentes pasaron desde ese momento, ninguno de ellos osó volver para atrás con la dolarización, me gustaría un balance suyo de por qué cree que es tan perenne y por qué, en líneas generales, ni siquiera Rafael Correa se animó a desdolarizar el Ecuador. 

—Con muchísimo gusto, Jorge. Un saludo muy cordial a las argentinas y a los argentinos. Un país al que quiero muchísimo, no solo porque mi madre nació allá, sino porque lo visito con toda la frecuencia que puedo. Es un honor para mí ser entrevistado por un intelectual y periodista de su talla y de sus logros. Soy administrador público y privado, no soy economista, pero entiendo perfectamente participar de los conceptos por haberlos defendido pública y privadamente, y sobre todo, por haber tenido la oportunidad de ser incisivo frente al momento grave, cuando se decidió dolarizar o no, y se dolarizó en circunstancias de las que ya podremos hablar. Entre otras personas que estuvo con nosotros en esa misión, Jaime Duran Barba y antes de contestar su pregunta, le quiero decir que voy a tratar de usar el lenguaje más campechano posible para que este tema, que sé que se está discutiendo con mucho fervor y opiniones a favor y en contra en Argentina, es la dolarización, pueda yo aportar a que se esclarezca en algo basado en la experiencia ecuatoriana. Creo que hay que empezar por algo que seguramente, ustedes están sufriendo allá y que nosotros sufrimos por algún tiempo. Los miedos y los mitos de la dolarización: se van a pulverizar los salarios, los precios se van a encarecer, las exportaciones se vuelven incompetitivas, que no hay prestamistas de última instancia, que se pierde la soberanía, que los pobres se van a hacer más pobres, que se necesitan estudios profundos y procedimientos engorrosos, y por último, es igual a la convertibilidad que primero tuvo éxito, después fracasó en Argentina, que se quiso poner en Ecuador. Para rematar con una famosa frase de algunos de que es una “camisa de fuerza” y con un poquito de humor le digo a los locos, sobre todo cuando manejan la economía, manejan las finanzas públicas, manejan en el fondo la calidad de vida y el futuro de los pueblos, y se empeñan en seguir siendo locos, hay que ponerles una camisa de fuerza. Ahora usted me dice: ¿y por qué nadie ha osado tocar la dolarización, inclusive Rafael Correa?, que la combate en sus discursos fuera del Ecuador, pero que en diez años de presidente nunca la tocó. La respuesta es relativamente fácil, porque hay una verdad, quiero empezar por una sentencia que no es mía: “cuando una idea se vuelve poderosa es cuando le llega el momento”. Y si usted me permite, con la irreverencia de hablar de un tema a los argentinos desde lejos, con ciertos conocimientos, y esto lo hablé hace algunos años con un buen amigo mío, Mauricio Macri, con Jaime Duran Barba y algunas otras personas. Yo no veo francamente otra salida a la crisis financiera, a la crisis de precios, a la crisis económica, social, política de la Argentina, que usar este tipo de medida. Sin duda, una moneda estable en la que se pueda confiar es indispensable para combatir la pobreza y para regularizar las cosas. ¿Qué hace la dolarización básicamente? No es una panacea. No es que se dolariza y todo se compone, los malos presidentes se vuelven buenos y que todo el mundo llega a la riqueza, no, pero se acaba con un mal terrible, con el impuesto más pavoroso y más cruel que puede tener una sociedad, y especialmente los pobres, se acaba con la inflación galopante, descabellada, producto de una emisión prácticamente de locos, que cree que es cuestión de aplastar un botón y emitir plata. Cuando se emite plata se está robando el patrimonio de la gente. Cuando usted emite plata de esa manera, está recortando los billetes buenos. Está poniendo billetes falsos, para hablar con simpleza, que lo encarecen todo, que hacen que los salarios suban por las escaleras, mientras los precios suben por ascensores. ¿Qué pasó a fines de 1999, y me perdonan si brevemente reviso una cifra?

Al contrario, avance tranquilo.

—Como ejemplo, la inflación a fines de 1999 en el Ecuador era del 100%. En enero del año 2000 que se dolarizó, en un solo mes, la inflación fue superior al 14%. Si usted anua-lizaba eso, en forma compuesta como se debe hacer, íbamos a pasar del 200% de inflación. ¿Qué pasó cuando se dolarizó? El primer año tuvimos una inflación alta, porque hay un arrastre, hay una conversión, el ajuste. El segundo año la inflación bajó a dos dígitos. El tercer año fue 12% y de ahí en adelante ha sido de un dígito menor, de 4%, 3%; a veces 1%, inclusive algún año tuvimos inflación negativa.

—¿Cuál fue la inflación de los dos años previos a llegar a la inflación de un dígito en el año 2000? 

—De 100% y fue la más alta en el año 1999. Solo en enero del 2000, en ese solo mes la inflación subió 14,3%. Es decir, si se mantenía ese nivel, que no suele suceder porque se vuelve exponencial, íbamos a llegar a más de 200% de inflación. 

—¿Y cuánto fue en el año 2000 finalmente?

—En el año 2000 la inflación bajó a cerca de 90%, por eso le decía primer año: ajuste, arrastre y conversión, porque los dólares se van comprando y se van adecuando a la situación durante el año. Pero ya en el segundo año fue de 30%. En el tercer año fue 12% y en el cuarto año, hasta ahora, en el 2023, la inflación ha sido del orden del 5%, 6% ha bajado hasta el 1% y se mantiene en esos niveles. ¿Qué pasó con los salarios? El día que dolarizamos el salario eran 41 dólares, y si no se hubiera dolarizado iba para abajo. A partir de allí el salario mínimo ha llegado a 450 dólares. Entiendo que en la Argentina en este momento tienen un dólar equivalente a 500 pesos. Si el salario mínimo en Argentina es 80 mil pesos, ustedes están hablando de un salario de 160 dólares, con el cual es difícil vivir, y no quiero ser agorero del desastre, pero si no se dolariza, eso va a continuar bajando como pasó en el Ecuador. Y realmente eso es muy grave, porque, ustedes tienen experiencia, los precios suben en ascensores veloces y los salarios suben en escaleras largas. Luego tiene usted el dólar, ¿qué pasaba con el dólar? En 1999, año previo a la dolarización se devaluó 287%. En enero de 1999 el dólar llegó a 7.000 sucres, pero en enero del año 2000 que se dolarizó, el dólar valía 25 mil sucres por unidad. Hasta este desangre y habernos liberado de una moneda que, desgraciadamente, mientras se manejó bien el Ecuador hace muchísimos años, fue de las más estables, no solo en América, sino del mundo, y después se convirtió en algo que valía para muy poco. ¿Qué pasaba con los intereses? En 1999, la tasa interbancaria era de 170%, la tasa activa era de 70%. Hoy día la tasa es de un dígito, pese a dos factores: que en el mundo están subiendo los intereses, y que en el Ecuador por ausencia de competencia de una banca internacional, tengamos una diferencia entre tasa pasiva muy grande, que no me parece conveniente ni justo, pero cuando hay falta de competencia, esas cosas suceden. Sin embargo, salvo en los créditos de consumo, digamos tarjeta de crédito, donde el dinero es más caro, eso es lo que valía la cosa. Los precios obviamente se estabilizaron, fruto de la dolarización. Pero nació algo que para mí es el mayor privilegio que da la dolarización y que ustedes lo viven todos los días. Yo recuerdo haber estado en Argentina en el 2000, una de las tantas veces que he ido, era terrible lo que pasaba con los precios y no sé si ahora esté pasando lo mismo, me imagino que algo parecido. Nació el crédito, no existía crédito. ¿Qué crédito puede usted tener con inflaciones de esa naturaleza, con salarios bajos? Entonces, alguien decía: vendemos en dólares y lo que usted gana no le alcanza para comprar los dólares, no puede comprar nada. El Ecuador no ha crecido desgraciadamente durante muchos años. Dolarizar mata muchos problemas gravísimos, casi insoluble para quien no lo entiende, pero no convierte a los malos presidentes en buenos administradores, ni a los que se endeudan demasiado en austeros. Pero definitivamente, la gente que no tenía crédito empezó a tenerlo, los pobres. El Ecuador que no ha crecido en materia, de lo que yo creo que es la solución para los pueblos: crecer. No el fiscalismo, el crecimiento. Incorporó al consumo a millones de personas pobres que pagan religiosamente sus pequeñas cuotas. Porque eso en el fondo es su capital, el crédito que tienen y no lo pierden. Se compran desde camisas hasta automóviles, motocicletas, televisores, casas de interés social, etcétera. El crédito es un arma de desarrollo, es un arma de calidad de vida, sin lugar a dudas. Los depósitos bancarios. Yo sé que ustedes tienen un cepo ahí que en el fondo hace que la gente solo invierta en pesos argentinos en Argentina. En todo caso los depósitos en 1999 llegaron apenas a 1.550 millones de dólares. Hoy día son 44.000 millones y algo más. Las exportaciones no petroleras, el petróleo es un commodity, depende del precio internacional. Allí que decían que iba a subir la producción la han bajado. Pero lo importante en la producción no petrolera es el esfuerzo de la colectividad por crecer. Eran menos de 2.500 millones, hoy día son 21 mil millones las exportaciones ecuatorianas. Prestamista de última instancia, no hay prestamista. Usted conoce que en dolarización la reserva monetaria cumple otro tipo de funciones, dicho sea de paso, eran poquísimas el día que se dolarizó. Y a nadie se le ocurrió cuidar los dólares, ni que pongan salvaguardias y que no se puede sacar la plata, porque el mutt era: nos hemos librado de una moneda que no vale. Tenemos una moneda fuerte, invirtamos, importemos, exportemos y nunca hubo ese tipo de problemas. Cuando usted quiere manejar una economía bien, debo decir lo siguiente: no creo en la izquierda y no creo en la derecha, creo en la economía social de mercado, administración eficiente, y solidaridad. Administración eficiente para que quede plata para invertir en los pobres con conciencia social, y también para pagar las deudas y manejarse. La economía tiene más sentido común que leguleyadas y preceptos inamovibles. Pero, los fondos contingentes que deben existir es el nuevo papel de la reserva. Si mañana hay una catástrofe telúrica, hay una enfermedad como una pandemia, hay algún problema con un producto vital al que momentáneamente hay que subsidiar porque no hacerlo significa perder empleo y perder divisas, entonces se usa. Pero yo quiero hacerle una pregunta, si es que no estoy equivocado y me perdonan si lo estoy, porque no soy experto en la economía argentina. Yo tengo entendido que en Argentina es el Banco Central el que le debe a los bancos privados, ¿de qué prestamista de último recurso están hablando? Si los prestamistas de último recurso acaban siendo para el Estado los bancos privados.Y eso le demuestra que todo eso son falacias, que se pierde soberanía. Para mí personalmente la moneda no es sino un simple medio de compra y de pago. ¿Es soberano tener una moneda que no permite pagar y que por ende no permite comprar? Yo creo que la soberanía verdadera está en la calidad de vida, en el bienestar social. Y por último, corrupción, hay de varios tipos, pero ésta que tiene que ver con la dolarización, los múltiples tipos de cambio, las cuotas, etc; son un festín, pues su facturación de sobrefacturación y de todo lo que usted sabe que hay detrás de eso, se acaba de un solo plumazo el día que se dolariza. De manera que es definitivamente por ese motivo que la dolarización no se toca, porque aquí se estudió por un grupo de personas. Sé que hay un distinguido ciudadano con importancia política en Argentina, él dice que en Ecuador no dolarizaron los políticos sino el pueblo. Oiga, no había un 5% ecuatoriano que hubiera tenido en sus manos un dólar. No entendían el problema ni tenían por qué entenderlo. Algún presidente nos dijo a Jaime Duran Barba y a mí: “¿Y a ustedes quién los asesora? El Fondo Monetario se opone”. Ese presidente se oponía, su equipo económico se oponía. Los que solamente creen que la plata es para manejar la deuda externa, comprando barato y vendiéndola cara se oponían. Y la respuesta nuestra fue: “tenemos un solo asesor, el cerebro, el sentido común”. Porque el sentido común nos llevó a defender esa tesis, a luchar por ella y a dolarizar cuando un presidente que no creía en ella, dolarizó en su lecho de muerte política para no caerse. Y gracias a Dios lo hizo, tarde, sin estudios, sin procedimiento engorrosos, que esa es otra de las objeciones: “aquí es dificilísimo esto”. Europa se demoró diez años para llegar al euro, las economías tienen que ser similares. Yo puedo explicarle como en el Ecuador, sin querer queriendo, sin estudios y con un procedimiento rudimentario, se hizo algo que ha durado 23 años y que ha beneficiado a todo el mundo, al punto que no hay nadie aquí, que aunque lo diga de la boca para afuera, quiera del cerebro para adentro también la dolarización. 

—Usted contó que durante el primer año la inflación fue bastante alta, era muy parecida a la del año anterior, la mitad de la que hubiera sido si no se dolarizaba, y que la dolarización fue un proceso, ¿cómo fue ese año? ¿Primero la gente cobraba en sucres y después en dólares? ¿Cómo se hizo el traspaso, o fue de un día para el otro? 

—No. Por eso es que el año fue de inflación alta, porque se hizo un libretín de convertibilidad. Porque no se olvide que lo más fácil de manejar es lo que la gente cree que es lo más difícil: “¿oiga, y los pasivos en pesos y los activos en pesos?”. Siguen igual. El que le debe a, le sigue debiendo, y el que es acreedor, es acreedor, sino que se convierten en dólares a la tasa de dolarización.

—Usted contó que durante el primer año la inflación fue bastante alta, era muy parecida a la del año anterior, la mitad de la que hubiera sido si no se dolarizaba, y que la dolarización fue un proceso, ¿cómo fue ese año? ¿Primero la gente cobraba en sucres y después en dólares? ¿Cómo se hizo el traspaso, o fue de un día para el otro? 

—No. Por eso es que el año fue de inflación alta, porque se hizo un libretín de convertibilidad. Porque no se olvide que lo más fácil de manejar es lo que la gente cree que es lo más difícil: “¿oiga, y los pasivos en pesos y los activos en pesos?”. Siguen igual. El que le debe a, le sigue debiendo, y el que es acreedor, es acreedor, sino que se convierten en dólares a la tasa de dolarización.

 

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