Friday 3 de May de 2024
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Gabriel Rubinstein: "Sergio Massa es un gran ministro de Economía y creo que sería un gran presidente"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 13 de October 11:02

El secretario de Política Económica, equivalente a viceministro de Economía, decidió publicar semanalmente el índice de inflación para demostrar que, luego del pico pos-PASO ocasionado por la devaluación que exigió el FMI, viene en claro descenso. Destaca la importancia del consenso implícito en que hoy todas las fuerzas políticas involucradas en la carrera electoral coinciden en lograr el equilibrio o superávit fiscal; es muy optimista en cuanto a los resultados de las últimas medidas tomadas por el ministro Sergio Massa para compensar la última devaluación, y además no ponen en riesgo el objetivo de lograr a fin de año las metas acordadas con el FMI, sin dejar de remarcar que tanto el organismo como el tesoro de los Estados Unidos han sido mezquinos.

Se cumple un año y un mes, prácticamente al frente del Ministerio de Economía, porque Massa no es economista, salvando las distancias, al igual que Fernando Henrique Cardoso, que era sociólogo y que, como siempre decía él, los verdaderos economistas eran Percio Arida y Paulo Malán, no él ¿qué cambió en tu vida, que sentís en el cuerpo, que pasó en este año y un mes?
Ha sido muy trabajoso desde lo personal, perdés muchos grados de libertad en ese sentido y de las cosas que uno le gusta hacer, o los tiempos. A veces me preguntan si ha sido una experiencia divertida y yo digo que es experiencia muy interesante, es enriquecedora, aprendés, ¿pero te divertís? No. No me he divertido, porque los problemas arreciaron desde el primer día, continuaron todo el tiempo y continúan hasta hoy y es una lucha sin cuartel, entonces, es como si dijeras ¿querés ser jugador de fútbol? Sí.  Ahora, jugando ese partido, perdés un partido, perdés otro partido, el otro más o menos, la tribuna, o errás un penal o lo que fuera, y decís, ¿te divertís? Y más o menos, estoy haciendo lo que quiero hacer, pero muy divertido no es. 

¿No te gustaría seguir?
Yo estoy con ánimo, siempre lo he estado, de apoyar en este caso a Sergio Massa en lo que necesite, o si él llega a ser el presidente, me voy a poner a disposición para ayudarlo, no importan los cargos. 

Pero no tenés negación de decir, esto ya me agotó, quiero volver a la actividad privada. 
Es cierto que extraño cosas, y es cierto que a lo mejor puede haber esquemas no tan intensivos en cierta manera, pero la verdad es que siempre tengo el ánimo de ayudar. Si puedo ayudar, tengo vocación de ayudar. 

Fuiste al mismo tiempo una persona muy cercana y colaborador de Roberto Lavagna, se especuló con la posibilidad de que Roberto Lavagna pudiera ser una especie de jefe de un equipo económico de un eventual gobierno de Sergio Massa, primero, tu opinión sobre Lavagna y si te gustaría que así fuera. 
Lavagna ha tenido una gran actuación. Los mejores años de la Argentina a nivel macroeconómico han sido los años en que él fue ministro y a veces no se necesita hacer grandes cosas. Él siempre dijo que era más importante los no que los sí, fue el mejor desempeño y siempre digo que tenemos que apuntar a eso, porque eso fue logrado en un gobierno de índole más bien centroizquierda, por ponerlo de alguna manera, pero teníamos 3% de superávit fiscal, 2% de superávit de cuenta corriente, las reservas netas del Banco Central en 40 mil millones de dólares. La inflación en ese período fue de 5% anual, la tasa de Leliqs era 6% anual, no había controles de precios, dólar único desde ya y estable. Entonces, esa macroeconomía creo que es el principal logro. Uno puede decir que en los 90 hubo dos o tres años donde también se logró una performance muy buena, pero después se desdibujó. Pero creo que a nivel macroeconómico, para pensar una coalición de centroizquierda, es el norte que debería tener para mí la Argentina, y Roberto Lavagna, ha sido crucial en ese proceso, así que valoro mucho si él puede ayudar, si él puede estar, siempre sería un placer trabajar con él y es una persona sumamente valiosa. 

¿Creés que se produjeron esos resultados porque el presidente dejaba hacer y el ministro de Economía tenía una autonomía que después no tuvo ningún otro ministro de Economía? 
Es larga la historia, porque uno puede pensar por qué después se perdió en realidad. Pero sí, claramente en su momento Duhalde, delegó muchísimo en Lavagna, era casi un primer ministro, porque estaba en todas las áreas, discutiendo con la Corte Suprema, discutiendo con los sindicatos. Realmente Lavagna tuvo una performance muy destacable y Duhalde, lo dejó hacer. Después, Néstor Kirchner tenía una presencia más importante en ese sentido, pero también lo dejó hacer hasta que de pronto, fin de 2005, decidió cambiar y creo que ahí empezaron bastantes problemas. 

Se podría decir que también pasó en el caso de la convertibilidad, como contabas al principio, hubo dos o tres años de buenos resultados macroeconómicos, después las necesidades de ser reelecto del presidente hicieron que la disciplina fiscal no fuera la adecuada, ¿qué responsabilidad hay de los presidentes y no de los ministros de Economía cuando los años buenos o de orden macroeconómico duran solo dos o tres años? 
Los incentivos no están bien alineados entre la política y la economía. Recuerdo en esa época cuando yo era parte del comité de riesgo soberano y entrevistamos a Cavallo, en 1993, diciendo que Argentina estaba perdiendo el superávit fiscal logrado, y todos sabíamos que la convertibilidad, por su rigidez, requería de una mejor performance fiscal que otros sistemas. Y Cavallo daba vueltas con una cosa, con otra, pero se estaba perdiendo, y decíamos “esto es riesgoso”, “no es tan riesgoso”, etcétera. Pero en un momento se sinceró, no sé si él lo recuerda, quizás no lo recuerde porque habrá tenido ochocientas entrevistas, pero dijo: prefiero bajar impuestos, porque si yo dejo el superávit fiscal, la Cámara de Diputados me lo va a gastar. Entonces esa respuesta era muy sincera, a la gente de la calificadora de riesgo no le gustó mucho. Este es un país que no tiene mucha conciencia, es decir, en cuanto está un poco bien, todos quieren dejar su impronta, todos quieren hacer grandes obras o grandes transformaciones, y lo que llamamos equilibrios macroeconómicos se dejan de lado, y entonces no tenemos los incentivos correctos para que los políticos piensen más en mediano y largo plazo, y no tengan que estar pendientes de la próxima elección y no tengan incentivos de muy corto plazo. Igual en el caso de esa época de 2003, 2004, 2005, donde yo personalmente estaba trabajando en parte en, qué hacíamos con los dólares que sobraban, imaginate la situación. Íbamos a hacer un fondo anti cíclico al estilo Noruega o al estilo Chile, que eran 15 puntos del PBI, hoy nos hubieran salvado completamente la situación. Entonces avanzábamos en esa dirección, pero después no se pudo sostener. Pero lo que te quiero marcar es que el gobierno que logró eso tenía aprobación popular, porque vos dirías “hacen eso pero la gente está diciendo que usen los dólares para las cloacas”. No, la gente no tenía ese reclamo, entendía que la situación había mejorado notablemente y que estaba conforme en general. Entonces, creo que ahí hubo errores muy importantes para que la macroeconomía... 

De Néstor Kirchner, concretamente. 
De Néstor, de Cristina y de toda la clase política, como uno diría, que tiene incentivos a veces equivocados, porque uno a nivel personal, si sos intendente en tal lugar, lo que puedes hacer es obras, cloacas, pavimento. Se entiende que cada uno quiera hacer algo y dejar su impronta, entonces es un tema colectivo, decir simplemente “eso no se puede”. Por eso decía a veces el “no” de Lavagna, era esto no, esto no, esto no, esto no, porque los reclamos son infinitos. Y todos quieren ponerle la mejor voluntad del mundo para hacer las cosas bien, pero la suma de hacer las cosas bien te lleva al déficit fiscal. Y siempre, como tenés la sensación de que tendrías que estar mejor, por el pasado, por lo que sea, por la ansiedad de la sociedad, al final hacés macanas. Entonces, no creo que haya mala intención, creo que hay incentivos que llevan a que la macroeconomía, aprovechase los momentos, si tenés reservas usás las reservas, si tenés posibilidad de endeudarte, te endeudas, si podés emitir en algún momento porque tenés más demanda de dinero, emitís. Pero siempre hay una irresponsabilidad fiscal, Argentina, ha vivido de irresponsabilidades fiscales en un país que al poco de andar tiene graves problemas, porque no somos ni Japón, ni Alemania, ni Estados Unidos, ni ningún país que se pueda dar el lujo de tener déficits fiscales importantes o a veces importante por mucho tiempo. 

Recuerdo una vez que construiste una frase que yo usé para definir la inflación, que era “dado que no nos podemos poner de acuerdo en qué gastos bajar, no nos ponemos de acuerdo en qué impuestos subir, tenemos que imprimir para pagar el déficit fiscal”, ¿la falta de un consenso social entre todos los actores políticos es lo que impide eliminar la inflación? 
Y sí, porque a veces podés diferir la inflación si te endeudás o diferir si tenés muchas reservas si la gastás, pero eso es como una familia que no le ingresa y empiezan a tener hipoteca, hipoteca, hipoteca, un día se cortó. Entonces, tenés que tener la valentía, como país, de decir esto se puede, esto no, y necesitamos el superávit fiscal. Estoy convencido de que el superávit fiscal es la clave, sostenido en el tiempo, no un año de casualidad, es la llave para empezar a solucionar un montón de problemas, y la inflación, porque es la llave para que algún día puedas endeudarte razonablemente o rollear las deudas, simplemente eso. Entonces, es superimportante. 

Yo te conozco de hace mucho tiempo, pero me imagino que cuando te escucha alguien que no te conoce y te asocia como viceministro de Massa, un gobierno donde el socio principal de la coalición gobernante es Cristina Kirchner, se debe sorprender porque finalmente tu discurso no difiere de muchos discursos más ortodoxos que se escuchan en la oposición como crítica al oficialismo. Vos, incluso recién mismo, acabas de criticar económicamente a Néstor y a Cristina Kirchner, ¿qué hacés en este gobierno? ¿Cómo Massa te bancó a pesar de todo? ¿Te preguntás qué hago yo acá y por qué me eligieron? 
Te doy un ejemplo como si fueras un jugador de fútbol, vos sos hincha de Racing, pero te contrata Boca, te contrata Independiente, decís: “Yo soy jugador de fútbol, hoy no me contrata Racing, me contrata Boca”. Yo soy economista y he ayudado a muchos gobiernos, algunos más visibles, otros no, con todos he colaborado. He colaborado para tratar de evitar la hiperinflación de Alfonsín, en su momento. He colaborado con Pedro Pou, en mejorar el sistema financiero argentino. He colaborado con el radicalismo, éramos dos programas paralelos, uno era González Fraga, otro lo estaba haciendo yo cuando Ricardo Alfonsín fue... Me pidió Cobos que lo ayude. Tengo esa predisposición y cuando siento que tengo mis ideas y mi plan de acción, y encontré recepción en Sergio Massa, le digo que sí, porque no tengo por qué decirle que no. Pero fijate que en algún momento, dentro de la coalición, había quienes decían que había que ir a tener más déficit fiscal. Cuando era tres el déficit querían que tenga cuatro, y hoy la coalición está aceptando, incluso en un año tan difícil como este y con una sequía pavorosa, que haya una mejora fiscal, cosa que es difícil de conseguir. Entonces hoy tenemos una situación promisoria, donde las fuerzas políticas que están compitiendo, todos reconocen que Argentina tiene que llegar al equilibrio o al superávit fiscal. No hay ninguna que está diciendo que tenemos que tener más déficit, es un buen avance. Tampoco hay que enamorarse de ese avance porque después hay que ver “los pingos en la cancha”, pero quiero decir que es un buen avance y hemos presentado un presupuesto en línea con lo del Fondo Monetario, que es un déficit de 0,9 pero pidiéndole al Congreso que busque un superávit de 1% del PBI a partir de una cantidad de medidas que se pueden tomar, que muchas tienen que ver con los gastos tributarios. Hay que reexaminar todo, ¿cuál es la lógica? Por ahí Tierra del Fuego, necesita alguna ayuda al origen para que la gente este instalada ahí, etc, Pero a lo mejor no es la ayuda que está recibiendo hoy, puede ser mucho menos. Y tenés temas impositivos, con bienes personales, rurales, no rurales, si tenés la excención de impuesto a las ganancias en todo el Poder Judicial, es mucha plata todo eso. O sea que tenés muchos rubros para que discutamos. No es que tampoco estás diciendo, sí o sí hay que eliminar esto o hay que subir esto, porque la verdad es que la discusión democrática es muy importante. Y si por ejemplo, se discutió ahora la baja de impuestos a las ganancias personales, si el Congreso lo apoya, y era una cosa que Sergio Massa, hace diez años que viene batallando por eso, y podés discutir si eso es la mejor o no estrategia impositiva, la mejor reforma tributaria, que paguen más las empresas y menos la persona, como sea, todo eso. Nosotros desde la técnica tratamos de que aunque cada uno tenga su opinión y puedas decir, creo que esto es mejor que esto por tal y cual razón, es muy importante decir lo que sí tenemos que ponernos de acuerdo, es que no tengamos déficit. Entonces, no soy fanático de decir que hay que bajar los gastos y no hay que subir los impuestos, porque incluso algunas cosas que son falaces. Porque si decís que hay que bajar los gastos entonces hay que bajar los subsidios y eso significa aumentar las tarifas, pero esto es como poner un impuesto al consumo de energía, es exactamente lo mismo. Entonces, a veces las palabras no tienen que confundirnos. O sea, hay un primer objetivo que es lograr el superávit fiscal, un segundo objetivo es que eso se logre con los correctos incentivos tributarios y de gastos, pero es una discusión democrática. A veces puede haber decisiones que a nadie le guste o que guste a unos y no a otros, y pasa en todos lados. En Estados Unidos los demócratas y los republicanos se matan, los republicanos que quieren bajar gastos y bajar impuestos, los demócratas que quieren subir gastos, subir impuestos, y se matan, pero no discuten el resultado final, que en el caso de ellos es déficit porque lo pueden financiar en todo el mundo, entre paréntesis con nosotros que queremos dólares. Pero son discusiones normales, no tenemos que rasgarnos las vestiduras por eso. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil.

por Jorge Fontevecchia

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