Friday 3 de May de 2024
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Gabriel Rabinovich: "La ciencia argentina es capaz de generar nuevos conocimientos que puedan ser un faro"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 21 de November 18:24

El doctor en Ciencias Químicas y director del laboratorio de Inmunología, del Instituto de Biología y Medicina Experimental, dependiente del Conicet, es uno de los científicos más destacados de la década, sus estudios han logrado identificar y develar la función de las galectinas, proteínas de las células del sistema inmunológico y su protagonismo en el desarrollo del cáncer y las enfermedades autoinmunes. Reciente Premio Konex de Brillante, acaba de anunciar el lanzamiento de Galtec, una empresa biotecnológica público-privada que generará retornos al Estado nacional, después de 30 años de investigación.

Necesitaría una explicación somera para principiantes de qué es la glicobiología. 
Muchísimas gracias por la invitación, es un placer y un gran honor. Nosotros trabajamos en las fronteras, en la interfase de dos disciplinas. Una es la inmunología, que es la ciencia que estudia nuestras defensas y cómo nuestras defensas, los linfocitos, que son las células centrales y otras células, nos defienden frente a distintos peligros. Esos peligros pueden ser microbios, pero por otro lado, también tumores que están creciendo. La glicobiología, por el otro lado, es la ciencia de los azúcares. Como dice la palabra glico, es estudiar cómo los azúcares se van comunicando con distintas proteínas, que reconocen estos azúcares, y cómo van modulando la función de las células. Es la biología de los azúcares, así como distintas macromoléculas como los ácidos nucleicos, el ADN, el ARN, y las proteínas son estudiados, nosotros estudiamos los carbohidratos. Cómo los carbohidratos señalizan de alguna manera cuando están en la superficie celular, y son codificados por proteínas que entienden qué es lo que están codificando. Entonces, trabajamos en esa interfase, en esas fronteras, entre la inmunología y la glicobiología, con unas proteínas, que venimos trabajando desde hace treinta años, que se llaman galectinas. Las galectinas son justamente proteínas que se acercan a la superficie de un linfocito, o de otras células, pero los linfocitos son las células de nuestro sistema inmunológico, decodifican una información y le dicen a ese linfocito qué tiene que hacer, si tiene que morirse, proliferar, vivir, defendernos o tiene que frenar esas defensas. Entonces, de alguna manera esto es lo que comenzamos a trabajar hace treinta años, a través de un descubrimiento, diría casi inesperado, una serendipia, donde a partir de un anticuerpo que cuando era estudiante, yo estaba trabajando en el departamento de Química Biológica, generando anticuerpos y a partir de eso, identificamos una proteína, que hoy en día sabemos que se llama Galectina 1. Esta proteína lo que hace es eliminar linfocitos. Ustedes me preguntarán ¿por qué eliminamos linfocitos? ¿Cuál es el sentido fisiológico de que eliminemos linfocitos? Cuando tenemos la invasión de un microorganismo, un virus, por ejemplo, el virus que causa el covid, o un tumor que está creciendo, cualquier amenaza, necesitamos un ejército de linfocitos para poder eliminarlo. Pero llega un momento que ese ejército de linfocitos, a los cuales llamamos clones, todos iguales que van a defender, tiene que volver a la normalidad, volver a la homeostasis, porque si no vuelve a la homeostasis y no vuelve a su número normal, corremos el peligro de que cause daño a nuestros tejidos y de que cause enfermedades autoinmunes. Galectina 1, la proteína que identificamos en el año 1993, tiene esa función. Esa fue la función fisiológica en la salud que nosotros vimos, es frenar las respuestas cuando se hacen exacerbadas y cuando hay peligro de que esto dañe. Por ejemplo, en la artritis reumatoidea hay peligro de que los linfocitos dañen las articulaciones; en la esclerosis múltiple, que dañen el sistema nervioso; en la diabetes, que dañen el páncreas. Lo que hace esta proteína es, cuando una respuesta inmunológica ya llegó a su pico, que vuelva a la normalidad, para que esos linfocitos no se vuelvan locos y empiecen a dañar nuestros tejidos propios y causen autoinmunidad. Esto fue bastante interesante porque al saber que Galectina 1, esta proteína que se liberaba de muchos tipos celulares, era capaz de eliminar linfocitos T, empezamos a probar en distintas enfermedades, por un lado, cáncer y por el otro lado, enfermedades autoinmunes. Nosotros le llamamos a esto: el caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.  

¿Cuál es uno y cuál es otro?
Galectina 1, uno se comporta como Mr. Hyde, como el malo de la película en cáncer, pero se comporta como el bueno de la película, como el Dr. Jekyll, en enfermedades autoinmunes. En cáncer, lo que vimos, es que los tumores producen muchísimo más de Galectina 1, que cualquier célula normal de nuestro organismo. Al haber tanto, cuando los linfocitos, que tienen la instrucción de eliminar el tumor, se acercan hacia el tumor, inmediatamente el tumor empieza a producir altos niveles de esta proteína Galectina 1, que mata a los linfocitos como un contraataque antes que los linfocitos eliminen el tumor. Existía un enigma muy grande en la inmunología, si tenemos un sistema inmunológico que reconoce un tumor como extraño, cómo puede ser que no lo elimine, por qué los tumores crecen, por qué hacen metástasis, por qué invaden nuevos tejidos si son reconocidos como extraños, como un microbio. Nosotros intentamos contestar, a través de nuestra investigación, esta pregunta y vimos que los tumores, a medida que se hacen más invasivos, producen más Galectina 1, tumores humanos, tumores de ratón también, a los fines de eliminar esas defensas antitumorales antes que los linfocitos maten al tumor. Ahí razonamos. Si bloqueamos esta proteína, podríamos abrir las barreras para que el ejército de linfocitos llegue y elimine el tumor. Y así fue lo que sucedió. Eliminamos a Galectina 1, del microambiente tumoral, utilizando distintas estrategias. Primero genéticas y también ahora anticuerpos monoclonales, y logramos que ese ejército de linfocitos llegue hacia el tumor y lo elimine. Algo que también nos pasó, es que cuando bloqueamos esta proteína, no solo los linfocitos eliminaban el tumor, que era muy bueno, era el principio de la inmunoterapia, sino también, veíamos que disminuía la cantidad de vasos sanguíneos. Un tumor se nutre de oxígeno y de nutrientes y forma, a medida que va creciendo, nuevos vasos sanguíneos para que le lleguen todo ese oxígeno y todos esos nutrientes. Esto es buenísimo, porque cuando bloqueamos Galectina 1, dejamos al tumor sin oxígeno, sin nutrientes, y a su vez, los linfocitos lo pueden matar, ahí nos entusiasmamos muchísimo con la posibilidad de que esto se transforme en una nueva terapia. 

La cura del cáncer. 
Para la cura del cáncer, el tratamiento del cáncer. Y por el otro lado está la otra cara de la moneda, porque está Mr. Hyde, y está Dr. Jekyll, el bueno de la película. Dijimos que las enfermedades autoinmunes se caracterizan por una gran cantidad de linfocitos que dañan los tejidos. Entonces, hicimos el razonamiento opuesto, qué pasa si en esos casos damos más Galectina 1, para que elimine esos linfocitos. Así, generamos una variante de Galectina 1, muy estable en sitios inflamatorios, que elimina los linfocitos que están de más, aquellos que ya cumplieron su función para que no causen autoinmunidad. Lo aplicamos a modelos de artritis, de esclerosis múltiple, múltiples modelos de enfermedades autoinmunes y funcionó. Con lo cual, ahora tenemos dos posibles terapias y dos tecnologías, un anticuerpo monoclonal que neutraliza a Galectina 1, la bloquea en cáncer, y una variante de Galectina 1, para enfermedades autoinmunes. 

Eso lo lleva a crear Galtec, con su equipo de Ibyme lanzaron una empresa de base tecnológica, ¿cuál es la misión de la empresa?
La misión de la empresa es traducir todos los descubrimientos que hicimos durante treinta años y estas tecnologías que generamos, tanto el anticuerpo monoclonal como esta variante, en medicamentos, en productos biofarmacéuticos que puedan dar más oportunidades a pacientes. Hoy en día, la inmunoterapia para el cáncer ha generado una revolución enorme con respecto a hace diez, veinte años.

¿Esta idea de que hay medicamentos específicos para cada paciente? 
Exactamente.

Que valen centenas de millones de dólares. 
Por suerte ahora están cubiertas, gran parte de la población que necesita la inmunoterapia, que son anticuerpos con otras moléculas diferentes a las galectinas, ha generado una revolución muy, muy grande. Hoy en día un 15%, un 20% de pacientes con distintos tumores, como tumores de piel, melanoma, tumores de pulmón, tumores de cabeza, de cuello, tumores de riñón metastásico, o colorrectal, se benefician de estas terapias. Sin embargo, hay un 80%, un 75% de pacientes que no se benefician, entonces nuestra idea con Galtec, es brindar más oportunidades para que con los anticuerpos antigalectina, podamos complementar a las inmunoterapias actuales. Por otro lado, las variantes de galectinas, para las enfermedades autoinmunes. Cuando tuvimos, en ese momento, esas dos tecnologías, dijimos: ¿y qué hacemos con esto? Queríamos llegar a los pacientes. Me habían pasado bastantes cosas en mi vida que me llevaron a tomar la decisión de que la finalidad última que tiene un científico es beneficiar a la humanidad y que quería llegar a los pacientes con esto. Había muchas opciones, había posibilidades de licenciar las tecnologías a una multinacional, posibilidades de que lo desarrollen otras personas. Con mi equipo decidimos armar una empresa de base tecnológica que pueda primero transformar, con buenas prácticas de manufacturas, estas tecnologías en medicamentos para ser presentados a las autoridades regulatorias más rigurosas, FDA, EMA, Anmat, etc.; y poder transformarlo nosotros, hacer nosotros ese ejercicio. 

Concretamente, en Estados Unidos, en Europa, además de Argentina. 
Exactamente.  Creo firmemente que la ciencia argentina no solo es capaz de importar o de traer tecnologías de afuera para poder aplicarlas, o conocimiento de afuera, sino también de generar nuevos conocimientos que puedan ser un faro, que puedan iluminar y transformarse en nuevas terapias, esa es un poco la función de Galtec.

¿Cómo es el tema de las patentes, del trabajo que han hecho, la propiedad intelectual, cómo se maneja desde el Conicet, cómo funciona una empresa pública y privada?
En realidad, esta empresa es privada, nos licenciaron las patentes, tanto el Conicet como una fundación sin fines de lucro, Fundación Sales, para el cáncer, han apoyado cada vez que tuvimos un descubrimiento significativo, y que pudimos no solo publicarlo, sino antes, patentarlo. Es importante patentar para cuidar la propiedad intelectual antes, yo no sabía absolutamente nada de esto, nos convencieron de que era importante hacerlo y ahora estoy agradecido. Pero, básicamente presentamos las patentes, el Conicet y la Fundación Sales las mantuvieron a lo largo del tiempo, desde que fueron aprobadas en distintos países del mundo, nosotros tenemos la propiedad intelectual de esto en distintos países del mundo. Y ahora que el Conicet nos licenció la patente a través de un convenio muy interesante, en el cual nosotros nos comprometemos ante los hitos a cumplir, hacerle un retorno al Conicet del dinero que nos apoyó tanto, con becas, con salarios, apoyando nuestro proyecto y llevándolo adelante.

Todo el dinero que el Conicet invirtió en ustedes, lo van a devolver, ¿sería ese el concepto?
Ese sería el concepto, el retorno. Nosotros creemos en eso, esa es la forma en la cual en las universidades internacionales se hace y se trabaja, la idea es acompañar a los productos lo máximo que podamos. Va a llegar un momento que probablemente los tenemos que dejar ir, pero hasta llegar a una fase uno, en la fase dos. Ahora contamos con el apoyo privado de un grupo de inversores argentinos, White Lion, estamos muy contentos porque apostaron a nosotros. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil.

por Jorge Fontevecchia

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